El actor cree que el cine es como la peluquería de su madre, "cuanto peor van las cosas, mejor para el negocio", porque la gente necesita "verse bien" y "escaparse".
Denzel Washington cree que el cine es como la peluquería de su madre, "cuanto peor van las cosas, mejor para el negocio", porque la gente necesita "verse bien" y "escaparse"; por eso será, especula riendo, que los estudios no paran de llamarle.
A pesar de ser uno de los actores más cotizados y respetados de Hollywood, Washington (Nueva York, 1954), no se siente un privilegiado por ello sino "por estar vivo", aseguró en un encuentro con periodistas en Madrid para promocionar el thriller "Atraco al tren Pelham 123", que protagoniza junto a John Travolta.
Tiene "muy buena relación" con el director, Tony Scott, con quien ya ha hecho otras tres películas ("Cambiando el pasado", "El fuego de la venganza" y "Marea roja") y por eso está preparando con él "Unstoppable", aunque, reconoció, no sabe si llegarán a hacerla -la Fox ha discutido los salarios de Scott y Washington y han puesto pegas al presupuesto.
En "Atraco", que es una nueva adaptación de la novela de John Godey ("Pelham 123", de 1973) y no un "remake" de la película del mismo título que interpretaron en 1974 Walter Matthau y Robert Saw, Washington vuelve a ser un "héroe" doméstico, un hombre bueno "de verdad", que no rehuye la ocasión de redimirse de sus "pecados".
"No acepto los papeles teniendo en cuenta si se trata de un hombre "tres cuartos bueno y un cuarto malo" o al revés. No los elijo así. Lo que me interesa es la historia de los personajes, es lo que me llega", subrayó el actor.
No ha querido ni leer el libro ni ver la película de 1974 por dos razones: porque "nunca" mira atrás y porque lleva dos meses de promoción de "Atraco" y "ya es suficiente".
Washington es en "Atraco" -en la que se han invertido 100 millones de dólares, de los que han recuperado ya 60 en EEUU- el "controlador" del transporte público de Nueva York Walter Gerber.
Su rutina laboral se altera radicalmente por el secuestro de uno de los trenes de metro, la línea Pelham 123, y, a pesar suyo, se convierte en el "enlace" con el "malo", Ryder, el personaje que interpreta Travolta.
Precisamente, de todos los actores con los que ha trabajado en su larga carrera -dos Oscar, tres candidaturas y más de 20 películas como protagonista desde 1989-, ha querido destacar a Travolta -memorable en su creación de villano atiborrado de esteroides- porque es, dijo, "especial como ser humano y como actor".
Una nómina en la que sólo reseñó además a Gene Hackman, Dakota Fanning, Angelina Jolie y Morgan Freeman.
Sobre la llegada a la Presidencia de su país de Barak Obama, aseguró que aunque sí pensó que algún día un afroamericano llegaría a la Casa Blanca, nunca creyó que vería ese momento.
"Ha sido un acontecimiento increíble y una muy buena oportunidad para el país. También es muy importante que el hecho de que sea presidente tenga mucho que ver con las nuevas generaciones, con el uso de internet, con la manera que tuvo de conseguir la financiación", subrayó el actor que, no obstante, cree que es "demasiado pronto" para hacer una película sobre él.
Sobre la crisis destacó que "todos, las grandes, las medias y las pequeñas estrellas" la están sufriendo y que los estudios son más exigentes.
"Eso hay que entenderlo, sobre todo con el declive en las ventas de DVD", añadió entre risas, aunque matizó que para el negocio no es malo.
"Mi madre era peluquera y siempre me decía que el negocio iba muy bien cuando había crisis porque las mujeres querían aparentar que algo funcionaba cuando todo lo demás iba mal. Con el cine pasa lo mismo: la recaudación ha subido un 17% porque la gente necesita escaparse", explicó.
El actor leyó "ayer mismo" el que, de realizarlo, sería su primer guión de comedia, una historia "muy divertida" que está escribiendo Willie Smith, pero afirmó que con lo que más disfruta es dirigiendo, "porque es tu cuadro, pintas todo, y como actor sólo te ocupas de lo tuyo".
"Claro que sería estupendo ganar un Oscar dirigiendo otra película. Con un poco de suerte, al año que viene, pero a mi agente no le gusta que dirija porque gana menos dinero", rió de nuevo el actor, que reveló, palmeándose el abdomen, que aún no ha perdido los 20 kilos que tuvo que engordar para su personaje. E
EFE
A pesar de ser uno de los actores más cotizados y respetados de Hollywood, Washington (Nueva York, 1954), no se siente un privilegiado por ello sino "por estar vivo", aseguró en un encuentro con periodistas en Madrid para promocionar el thriller "Atraco al tren Pelham 123", que protagoniza junto a John Travolta.
Tiene "muy buena relación" con el director, Tony Scott, con quien ya ha hecho otras tres películas ("Cambiando el pasado", "El fuego de la venganza" y "Marea roja") y por eso está preparando con él "Unstoppable", aunque, reconoció, no sabe si llegarán a hacerla -la Fox ha discutido los salarios de Scott y Washington y han puesto pegas al presupuesto.
En "Atraco", que es una nueva adaptación de la novela de John Godey ("Pelham 123", de 1973) y no un "remake" de la película del mismo título que interpretaron en 1974 Walter Matthau y Robert Saw, Washington vuelve a ser un "héroe" doméstico, un hombre bueno "de verdad", que no rehuye la ocasión de redimirse de sus "pecados".
"No acepto los papeles teniendo en cuenta si se trata de un hombre "tres cuartos bueno y un cuarto malo" o al revés. No los elijo así. Lo que me interesa es la historia de los personajes, es lo que me llega", subrayó el actor.
No ha querido ni leer el libro ni ver la película de 1974 por dos razones: porque "nunca" mira atrás y porque lleva dos meses de promoción de "Atraco" y "ya es suficiente".
Washington es en "Atraco" -en la que se han invertido 100 millones de dólares, de los que han recuperado ya 60 en EEUU- el "controlador" del transporte público de Nueva York Walter Gerber.
Su rutina laboral se altera radicalmente por el secuestro de uno de los trenes de metro, la línea Pelham 123, y, a pesar suyo, se convierte en el "enlace" con el "malo", Ryder, el personaje que interpreta Travolta.
Precisamente, de todos los actores con los que ha trabajado en su larga carrera -dos Oscar, tres candidaturas y más de 20 películas como protagonista desde 1989-, ha querido destacar a Travolta -memorable en su creación de villano atiborrado de esteroides- porque es, dijo, "especial como ser humano y como actor".
Una nómina en la que sólo reseñó además a Gene Hackman, Dakota Fanning, Angelina Jolie y Morgan Freeman.
Sobre la llegada a la Presidencia de su país de Barak Obama, aseguró que aunque sí pensó que algún día un afroamericano llegaría a la Casa Blanca, nunca creyó que vería ese momento.
"Ha sido un acontecimiento increíble y una muy buena oportunidad para el país. También es muy importante que el hecho de que sea presidente tenga mucho que ver con las nuevas generaciones, con el uso de internet, con la manera que tuvo de conseguir la financiación", subrayó el actor que, no obstante, cree que es "demasiado pronto" para hacer una película sobre él.
Sobre la crisis destacó que "todos, las grandes, las medias y las pequeñas estrellas" la están sufriendo y que los estudios son más exigentes.
"Eso hay que entenderlo, sobre todo con el declive en las ventas de DVD", añadió entre risas, aunque matizó que para el negocio no es malo.
"Mi madre era peluquera y siempre me decía que el negocio iba muy bien cuando había crisis porque las mujeres querían aparentar que algo funcionaba cuando todo lo demás iba mal. Con el cine pasa lo mismo: la recaudación ha subido un 17% porque la gente necesita escaparse", explicó.
El actor leyó "ayer mismo" el que, de realizarlo, sería su primer guión de comedia, una historia "muy divertida" que está escribiendo Willie Smith, pero afirmó que con lo que más disfruta es dirigiendo, "porque es tu cuadro, pintas todo, y como actor sólo te ocupas de lo tuyo".
"Claro que sería estupendo ganar un Oscar dirigiendo otra película. Con un poco de suerte, al año que viene, pero a mi agente no le gusta que dirija porque gana menos dinero", rió de nuevo el actor, que reveló, palmeándose el abdomen, que aún no ha perdido los 20 kilos que tuvo que engordar para su personaje. E
EFE
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