Cifras oficiales también revelan que en los últimos tres años la casas abandonadas rondaron las 116.000 y justifican este fenómeno en el alto desempleo y la inseguridad.
Numerosas viviendas abandonadas y centenares de miles de desterrados por temor al crimen organizado están cambiando el paisaje de Ciudad Juárez, la urbe mexicana más violenta del país.
Esta semana se conoció que en seis meses, más de 5.000 viviendas han sido abandonadas a causa de la violencia, según un estudio del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit).
Los datos revelan un incremento del cinco por ciento, al pasar el número de casas vacías de 4.899 a 5.153 entre marzo y septiembre de 2010.
El panorama es desolador. Las propiedades abandonadas están en su mayoría en barriadas conflictivas como Riveras del Bravo y Horizontes del Sur, conocidas por las matanzas de jóvenes durante la celebración de fiestas en casas particulares por el miedo a salir de noche por la ciudad.
No se trata de un fenómeno nuevo en esta conflictiva ciudad, fronteriza con El Paso (EEUU). Las cifras oficiales también revelan que en los últimos tres años la casas abandonadas rondaron las 116.000 y justifican este fenómeno en el alto desempleo y la inseguridad.
Ambos problemas están ahogando a la localidad fronteriza, que también comprueba como el éxodo de ciudadanos es imparable y aumentan las familias que optan por cruzar la frontera rumbo a Estados Unidos o por volver a los estados mexicanos de los que procedían.
Las cifras no engañan. El Observatorio local de Seguridad y Convivencia Ciudadana ha calculado que desde 2008 han sido unas 230.000 personas las que han preferido marcharse de una ciudad estigmatizada, que en ese mismo periodo registró siete mil asesinatos.
Unas 124.000 personas (el 53,9%) se refugiaron en Estados Unidos, principalmente en la vecina ciudad de El Paso (Texas), y el resto ha regresado a sus ciudades de origen, sobre todo en los estados de Durango, Coahuila y Veracruz, en busca de seguridad y protección de sus autoridades.
Ese éxodo masivo ha dejado la población de Ciudad Juárez en 1,1 millones de habitantes que, especialmente por las tardes y noches, desaparecen de sus calles por miedo.
En lo que va de año, Ciudad Juárez ha sufrido más de 2.700 asesinatos, con un promedio cercano a los 8 homicidios al día.
La violencia ha cambiado las costumbres locales, hasta el punto de que cada vez son menos quienes optan por salir a cenar o tomar un copa, lo que ha obligado a cerrar muchos locales y a reconvertir otros, que ahora basan su negocio en el envío de comida a domicilio.
También abundan las tiendas de ultramarinos y otras pequeñas empresas que deben cerrar porque no pueden hacer frente a las extorsiones de los cárteles de la droga. Muchos de estos locales han sido incendiados por los delincuentes como represalia.
EFE
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