La movilización concentró a unos 50 mil estudiantes. Al término de la manifestación, un grupo de encapuchados protagonizó incidentes.
Los estudiantes chilenos volvieron masivamente a las calles para renovar sus demandas de una mejor educación, mientras de forma paralela el presidente Sebastián Piñera anunciaba una reforma tributaria destinada exclusivamente a financiar una reforma de la enseñanza.
La aparición de un grupo de encapuchados que, al término de la manifestación, incendiaron una caseta de vigilancia municipal fue el único hecho negativo de la movilización en Santiago, en la que participaron unos 50 mil estudiantes, según los organizadores.
También hubo manifestaciones en algunas ciudades de provincia, como Concepción y Valparaíso, pero con asistencias considerablemente menores, que no sobrepasaron las 3 mil personas, según los medios locales.
Los estudiantes, universitarios y secundarios, respondieron a una convocatoria de la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech) en demanda de una educación pública gratuita y de calidad.
Esa misma demanda movilizó en 2011 durante ocho meses a los estudiantes chilenos y, según los dirigentes de la Confech, sigue siendo el objetivo principal del movimiento estudiantil.
En Santiago, la manifestación abarcó un recorrido de unos tres kilómetros, desde la Plaza Italia hasta la explanada del centro cultural Estación Mapocho, donde la actividad fue coronada con un acto cultural, tras el cual la gente se dispersó en orden.
EFE
Comparte esta noticia