En el último de estos incidentes, 80 chicas de entre 8 y 18 años sufrieron mareos y desvanecimientos en Takhar.
Los extraños desvanecimientos de cientos de niñas en escuelas de Afganistán en las últimas semanas vuelven a alertar sobre los peligros que amenazan a la educación femenina en el país, más allá de la posible implicación talibán en los desmayos.
En el último de estos incidentes, 80 chicas de entre 8 y 18 años sufrieron hoy mareos y desvanecimientos en un centro de la provincia de Takhar, en la zona norte del país que ha sido escenario de la mayoría de casos en las últimas semanas.
Como en ocasiones anteriores, las versiones de las autoridades no son del todo concordantes, y mientras el portavoz de Interior, Sediq Seddiqi, dijo a Efe que hoy se usó "un aerosol (tóxico) en las clases", otras fuentes oficiales aludieron a causas diferentes.
El portavoz provincial de Takhar, Mustafá Rasuli, se refirió al agua contaminada como posible agente de la intoxicación e incluso habló de "la presión mental" provocada por otros casos recientes para explicar los desvanecimientos.
La confusión por las explicaciones divergentes sobre los desmayos masivos en escuelas del norte y el este del país se ve acrecentada por el hecho de que los talibanes niegan cualquier relación con estos sucesos.
"Que lo nieguen no es definitivo, porque han atacado de forma abierta escuelas de niñas en el pasado", afirma la representante de Human Rights Watch (HRW) en Afganistán, Heather Barr, quien recuerda que los integristas se siguen oponiendo a la educación femenina.
"La mitad de las niñas y jóvenes afganas siguen sin estar escolarizadas a pesar de los avances de la última década", dice Barr, y añade que los cinco casos similares del último mes muestran lo frágil de la situación afgana.
"Aunque al final se trate de causas psicológicas, como defiende algún experto, eso reflejaría el miedo y la presión a la que están sometidas estas niñas y sus familias", advierte Barr.
El caso reciente más grave se produjo hace dos semanas cuando centenares de alumnos -niños y niñas- de una escuela en la provincia oriental de Khost cayeron enfermos en un incidente que las autoridades locales atribuyeron a un envenenamiento.
A petición de funcionarios afganos, la misión de la OTAN realizó diversos análisis de laboratorio que, según dijo a Efe el portavoz aliado Jimmie Cummings, no han mostrado rastro alguno de "compuestos orgánicos como veneno u otros materiales tóxicos".
"Parece poco probable que cualquier sustancia haya provocado los síntomas descritos (en los alumnos de Khost)", dijo por correo electrónico Cummings.
El pasado domingo, un incidente similar provocó desmayos a 40 alumnas de una escuela de Takhar (el segundo que sufre ese centro en una semana), y poco después los talibanes negaron cualquier relación con los hechos e incluso los condenaron.
"Estos ataques crean un terror insoportable en las familias afganas que quieren enviar a sus hijas a la escuela", dijo a Efe la ministra afgana de Mujer, Hasan Bano Ghaazanfar, quien instó a las autoridades a prevenir "estas actividades maliciosas".
"Tanto si se demuestra que ha habido ataques con químicos como si no, está claro que hay que intervenir para proteger a las niñas. Es una tragedia cualquiera que sea la causa", sentencia Barr.
EFE
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