El accidente ocurrió por causas hasta ahora no determinadas.
Decenas de personas inscribieron hoy el nombre de sus familiares en una lista habilitada por las autoridades argentinas para localizar a personas desaparecidas tras el choque de trenes que causó tres muertos y 155 heridos en la periferia de Buenos Aires.
El accidente ocurrió por causas hasta ahora no determinadas a las 07.07 hora local (10.07 GMT) en la localidad de Castelar, a unos 30 kilómetros de Buenos Aires cuando una formación que circulaba con destino a Morón embistió por detrás a otra que estaba parada en las vías y no tenía pasajeros.
Patricia Mazziaco, de nacionalidad boliviana, es de una las personas que está con el alma en vilo por la imposibilidad de comunicarse con su tío desde que se enteró del siniestro ferroviario.
"Le estamos buscando, no podemos comunicarnos con él", relató a Efe Mazziaco, quien explicó que una de sus primas falleció en un accidente ocurrido en febrero de 2012 en la estación de Once, e la capital, donde murieron 51 personas y hubo más de 600 heridos.
"Estoy traumatizada. Hoy volvemos a revivir todo el dolor y la incertidumbre de no saber dónde están nuestros familiares", se lamentó Mazziaco, quien pidió al Gobierno que tome "medidas urgentes para mejorar el servicio".
Por su parte, Angélica Ucarriaga esperaba que los funcionarios del municipio de Morón contrastasen los datos de su hijo con la lista de los hospitales que han recibido heridos del siniestro ferroviario.
Ucarriaga explicó que alcanzó a escuchar a su hijo poco después de la colisión de trenes, pero los siguientes intentos de comunicarse con él fueron infructuosos.
"He vivido toda mi vida en Morón y nunca habían ocurrido accidentes. No sé qué ha ocurrido en los últimos tiempos con el sistema ferroviario, es muy preocupante", lamentó.
Este nuevo accidente ferroviario reavivó las críticas contra el Gobierno, que retiró la concesión a la anterior empresa licenciataria de la línea Sarmiento y anunció mejoras en el servicio que ahora son duramente cuestionadas.
"Pintar los trenes y poner los plasmas no soluciona nada", dijo María Luján Rey, madre de un joven de 20 años fallecido en la estación de Once, una de las transitadas de Buenos Aires, en el accidente del 22 de febrero de 2012.
"Venimos diciendo que los cambios son estéticos", denunció su marido, Paolo Menghini, quien señaló que "la tragedia se repite". EFE
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