Según el papa, la evangelización precisa del contacto directo y personal con personas reales, para ofrecerles ´reales razones de esperanza´.
El papa Francisco aseguró hoy que internet no es suficiente para el anuncio del Evangelio sino que la evangelización precisa del contacto directo y personal con personas reales, "a veces heridos o dolidos" para ofrecerles "reales razones de esperanza".
En un encuentro con el Pontificio Consejo para los Laicos, que en los últimos días ha celebrado el simposio "Anunciar a Cristo en la era digital", el papa argentino calificó a internet como una "realidad difusa, compleja y en continua evolución" que propone "de nuevo" la cuestión siempre actual de la relación entre la fe y la cultura.
"Entre las posibilidades que ofrece la comunicación digital, la más importante es la Evangelización. El anuncio se basa en relaciones humanas auténticas y directas para desembocar en un encuentro personal con el Señor", aseguró el pontífice.
Pese a esta afirmación, el pontífice argentino advirtió de que, no obstante, "no se puede decir que la presencia de la Iglesia en internet sea inútil".
"Es indispensable estar presentes, siempre con estilo evangélico, en esto (internet) que, sobre todo para los jóvenes, se ha convertido en una especie de forma de vida, el lugar en el que las preguntas que llevan en el corazón sobre el sentido de la existencia despiertan, por lo que hay que explicar que el camino que lleva a Jesús es la respuesta", añadió.
Además, Bergoglio advirtió de que los cristianos pueden desilusionarse y toparse con peligros y "monedas falsas" en internet pero les recordó que con ayuda del Espíritu Santo habrá "preciosas posibilidades para guiar a los hombres hacia el rostro luminoso de Jesús".
El papa Bergoglio también habló ante los asistentes a este encuentro de la "crisis cultural" y del papel de la mujer en la sociedad actual.
"En la crisis cultural de nuestro tiempo, la mujer se encuentra en la primera línea de batalla para la salvaguardia del ser humano", explicó el papa en alusión al XXIV aniversario de la encíclica "Mulieris dignitatem" que publicó Juan Pablo II en 1988.
Para terminar su alocución, el obispo de Roma recordó que la Iglesia siempre está en marcha, a la búsqueda de nuevas vías y nuevos métodos para el anuncio del Evangelio.
EFE
Comparte esta noticia