En la Unión Europea (UE), Italia forma parte del reducido grupo de países que aún no han legislado sobre esta materia, como Bulgaria, Chipre, Estonia, Letonia, Lituania, Polonia, Rumanía y Eslovaquia.
El Gobierno de Italia aborda las uniones civiles entre homosexuales con un proyecto de ley que trata de colmar un vacío legal que obliga a muchos ciudadanos a "vivir como fantasmas en su propio país", según la relatora de la propuesta.
La encargada de coordinar la redacción del proyecto de ley ha sido la senadora Monica Cirinnà, del Partido Demócrata (en el Gobierno), que dijo a Efe que su texto pretende sellar "el fin de una injusticia".
Por unión civil se entiende en el proyecto la figura jurídica dirigida a parejas del mismo sexo que conviven, para que pasen a gozar de derechos reconocidos y similares a los del matrimonio convencional.
El proyecto no incluye a las parejas heterosexuales.
En la Unión Europea (UE), Italia forma parte del reducido grupo de países que aún no han legislado sobre esta materia, como Bulgaria, Chipre, Estonia, Letonia, Lituania, Polonia, Rumanía y Eslovaquia.
Sin embargo, esta situación podría cambiar en los próximos meses porque la comisión de Justicia del Senado italiano estudia un proyecto de ley que pretende legalizar las uniones homosexuales dotándoles de los mismos derechos y deberes que los matrimonios pero sin emplear este término.
En la introducción del documento, los senadores que lo proponen se dirigen a sus colegas para destacar que Italia "haya quedado entre los poquísimos países europeos que no prevén alguna cobertura" para esas personas.
"Será el inicio de una vida como ciudadanos para parejas y familias obligados hasta ahora a vivir como fantasmas en su propio país", señaló la relatora.
Cirinnà apuntó que el objetivo es "introducir en nuestro ordenamiento jurídico el estatus de unión civil para las parejas del mismo sexo, que extiende todos los derechos sociales del matrimonio civil excepto el de la adopción".
El proyecto permitiría no obstante a una persona la posibilidad de adoptar al hijo natural o adoptivo de su pareja.
La propuesta está en fase embrionaria dado que aún tendrá que ser debatida y aprobada en las dos cámaras parlamentarias del país, un trámite que ya ha sido complicado en el pasado, donde anteriores intentos no prosperaron y se toparon con la oposición de la Iglesia católica.
Muestra de ello son las más de 4.000 enmiendas que el texto ha recibido durante su estudio en la comisión, fruto de la intención de algunos senadores de "obstaculizar" su tramitación, denunció Cirinnà.
La legisladora explicó que los puntos que más polémica suscitan del proyecto son la extensión de la paternidad y la aplicación de algunos derechos como la pensión de reversibilidad, es decir, obtener un subsidio en caso de ausencia de un miembro de la pareja.
En Italia hablar de plazos suele ser arriesgado pero la senadora se mostró esperanzada en que el proyecto pueda pasar al Senado durante en julio para proceder a su aprobación definitiva en las dos sedes legislativas en el mismo mes.
"Creo que todas las fuerzas políticas que llevan en el corazón los derechos civiles de nuestro país no deberían poner trabas a la aprobación de este texto, que iguala nuestro ordenamiento al vigente en la mayoría de los países europeos", defendió Cirinnà.
Aseguró que "esta ley no quita nada a nadie" ya que "no pretende, como sostienen algunos, destruir el modelo de la denominada 'familia tradicional'. De hecho, el texto de las uniones civiles no es una propuesta 'contra', sino 'a favor' de la familia".
Consideró que "ya es hora de que en 2015 también Italia admita en su propio ordenamiento la acepción de familia como parte integrante de la sociedad, comprendiendo sus diferentes expresiones".
No piensan así las miles de personas que el pasado fin de semana se manifestaron a los pies de la basílica romana de San Juan de Letrán para decir "no" a este proyecto legislativo, contrarios a la "teoría del género", que establece que lo masculino o lo femenino lo determina el individuo y no la biología.
Desde las organizaciones a favor de los derechos LGBT, lejos de lanzar las campanas al vuelo, lamentan la falta de ambición del proyecto, que "probablemente representa lo máximo que la actual situación política italiana logra alcanzar", señaló el presidente de Arcigay, Flavio Romani.
Lamentó que los senadores eviten emplear el término de "matrimonio" para sus uniones y "las pesadas restricciones" en cuanto a la protección de hijos, ya que no ofrece la posibilidad de recurrir a la "adopción externa".
Romani destacó en todo caso un aspecto esencial de el texto legislativo: "Para Italia, que parte de la completa ausencia de cualquier ley, la aprobación del texto de Cirinnà como es ahora sería sin duda un fuerte paso adelante".
EFE
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