El 5 de agosto de 1868, José Mercedes Anteparra Peralta, de 22 años, encontró la cruz en la cumbre del cerro Chalpón incrustada en la gruta.
Entre 1860 y 1865, el religioso de la orden franciscana Fray Juan de Abad vivió en el cerro Chalpón, lugar que convirtió en un sitio de oración en su búsqueda por la santidad. Un día el sacerdote decidió partir para visitar otros pueblos avisándole a los pobladores que había dejado tres cruces talladas por él en la cima del cerro Chalpón, Cerro Rajado y Cerro Penachí.
Los pobladores salieron a buscar las cruces pero no las encontraron. Poco tiempo después se recibió la noticia de que el padre Abab había fallecido víctima de la “uta” el 13 de octubre de 1866. La búsqueda de las cruces quedó en el olvido hasta que se vaticinó un cataclismo que destruiría parte de la humanidad.
La reacción del pueblo fue inmediata y se lanzó en la búsqueda de las cruces con ayuda de los manuscritos del padre Abad. El 5 de agosto de 1868 un joven de 22 años, llamado José Mercedes Anteparra Peralta, encontró la venerada Cruz de Motupe en la cima del cerro Chalpón incrustada en una gruta.
El obispo de Trujillo de ese entonces lo nombró primer mayordomo, tarea que tuvo hasta el final de sus días el 10 de abril de 1921.
La fiesta
Se celebra desde el año en que se encontró la Cruz de Motupe en el cerro Chalpón (1866) y se inicia el 2 de agosto con la bajada en hombros de la cruz hasta el caserío de Zapote, ubicado en las faldas del cerro.
La venerada cruz pernocta en la capilla del caserío bajo el resguardo de los devotos. Se ofrece una misa, seguida de un espectáculo de fuegos artificiales. El 3 de agosto sigue su recorrido hacia Motupe, localidad a la que llega el 4 de agosto .
El cinco de agosto es el día central de la fiesta la cual empieza a las 11 de la mañana y se prolonga hasta la madrugada.
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