Bagdad fue una vez más la provincia más afectada por la violencia, con 258 civiles muertos.
Durante el pasado mes de junio 761 iraquíes murieron y 1.771 resultaron heridos en acciones violentas, lo que supuso un descenso cercano al 25 % respecto a las 1.045 víctimas mortales registradas en mayo, el más sangriento del último lustro, según cifras facilitadas este lunes por la ONU.
La Misión de Naciones Unidas para Irak (UNAMI) difundió en un comunicado que el número de civiles asesinados fue de 685 y el de heridos de 1.610.
Mientras, 76 miembros de las fuerzas de seguridad iraquíes perdieron la vida y 161 sufrieron heridas en los ataques, que continúan en niveles muy altos desde el comienzo del año 2013.
Bagdad fue una vez más la provincia más afectada por la violencia, con 258 civiles muertos, seguida por las de Salahedin, Nínive, Diyala y Al Anbar, todas ellas de mayoría suní o de composición confesional mixta.
El pasado mes de mayo fue el más sangriento en Irak desde hace más de cinco años, con la muerte de 1.045 personas en actos de violencia.
Irak se halla inmerso en una grave crisis política y de seguridad, agudizada por las protestas de la minoría suní contra el Gobierno del primer ministro, el chií Nuri al Maliki, al considerar que las provincias suníes son discriminadas.
Bajo la presión del creciente número de víctimas mortales y de las provincias suníes que le instan a una reforma federal del Estado, Al Maliki anunció el pasado 20 de mayo una profunda reforma en su estrategia de seguridad.
EFE
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