El icónico cartel sufrió su mayor restructuración en 35 años utilizándose 10 toneladas de pintura para los mejores acabados.
El característico letrero de Hollywood fue presentado totalmente renovado, luego de dos meses de intensos trabajos a cargo de un grupo de veteranos pintores latinos.
Víctor Galindo y su equipo hicieron de cirujanos de spray y brocha gorda para quitarle unos años de encima a las icónicas letras.
"Se siente uno contento, da como orgullo. Tengo desde chiquito mirando el letrero... (aunque) yo quería venir a pasearme, no quería venir a trabajar", aseguró Galindo a Efe.
A sus 37 años y con casi dos décadas de profesional, este capataz natural de Tijuana fue el encargado de comandar la tarea sobre el terreno donde hoy le acompañó Juan Reyes, de 26 y más de 6 años en un oficio que le ha permitido tener "una experiencia única".
"No mucha gente puede acercarse tanto a las letras", comentó el joven hispano cuya familia procede de El Paso.
El letrero de Hollywood tiene una altura equivalente a una vivienda de cuatro pisos y una longitud de 137 metros.
Para completar el trabajo se necesitaron 9 semanas y 2 toneladas de pintura provista por la compañía Sherwin-Williams, que se asoció con The Hollywood Sign Trust para sacar adelante el proyecto.
Se trató de la mayor restauración del símbolo en casi 35 años y para ello hubo que decapar cada una de las letras hasta llegar al metal oculto bajo 10 capas de pintura deteriorada. Después, se aplicó un producto anticorrosión y dos manos más de pintura.
El icónico cartel fue levantado como "Hollywoodland" en la ladera del monte Lee, en lo que ahora forma parte del parque Griffith, en 1923 como un reclamo inmobiliario que en los años sucesivos se transformaría en un lugar de interés turístico asociado a la industria del cine.
Su historia, como toda buena película, no está exenta de drama. En 1932 una joven actriz, Peg Entwhistle, se suicidó saltando desde lo alto de la letra "H" y en la década de los 40 el símbolo entró en una severa fase de deterioro hasta que en 1949 la ciudad de Los Ángeles decidió restaurarlo.
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