El Cántaro, El Celoso y La Cabañita son una muestra que el empuje y esfuerzo familiar pueden hacer grandes cosas y deliciosos platos.
Debido a la falta de trabajo por la reforma agraria, Juana Zuninj y su esposo decidieron empezar a vender comida típica de la región Lambayeque. Con el tiempo, ante la falta de espacio en su hogar, decideron ampliar el negocio y fundaron "El Cántaro".
"Llevamos 40 años en esto. Dos de mis cinco hijos, Agustín y Lucho, son los que están más involucrados", nos comenta.
Este restaurante se especializa en el típico cabrito a la norteña y el arroz con pato, ambos llevan el zapallo loche como ingrediente "estrella"
"Cabrito sin loche no es cabrito", dice.
A su lado, "EL Celoso", con más de medio siglo en los paladres de Sullana, ofrece la carne surtida y el costillar.
Yolanda Flor Villegas, una de las cocineras e hija de la fundadora, Rosa Rivas Pacherris, nos cuenta que toda la familia, que incluye nietos y bisnietos, apoyan en la preparación y atención.
"Mi abuela preparaba comida y mi abuelo vendía sombreros en el mercado. Poco a poco fueron creciendo. Nuestra casa en Piura es donde reside el único local", señala.
Ellos sirven estos potajes con una salsa de maracuyá, creación de uno de los nietos.
Por su parte, "La Cabañita", desde Abancay, sorprende con los tallarines de casa con pepían de cuy y chiccharrón con mote.
Raynier y Amalí, hijos de Nely Sotelo de la Peña, son los encargados de cocinar y atender al público de Mistura.
"Mi madre empezó cocinando en comedores populares, luego vendiendo en un quiosco al lado de la carreterea Abancay-Cusco. Se hizo conocida. Nos ha sacado adelante a mi a mis otros hermanos", no cuenta orgullos Reynier.
Estos tres stands se encuentra en la parte de "Los Tradicionales".
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