Esta muerte ha desatado protestas en Baltimore, una ciudad con un largo historial de tensiones entre la policía y la comunidad afroamericana.
Miles de personas despidieron ayer al joven negro Freddie Gray, fallecido hace dos semanas mientras se encontraba bajo custodia policial, un caso que ha desatado protestas en Baltimore, una ciudad con un largo historial de tensiones entre la policía y la comunidad afroamericana.
Gray, de 25 años, murió en circunstancia aún no aclaradas, después de haber sido detenido el pasado 12 de abril y de haber solicitado infructuosamente a la policía asistencia médica por unos golpes en la espalda.
El funeral se celebró en la Nueva Iglesia Bautista Shiloh, con capacidad para 2.200 personas, que se llenó de amigos, vecinos y también representantes políticos.
Entre los asistentes, muchos de ellos vestidos de blanco, se encontraban los familiares de Eric Gardner, el afroamericano que murió el pasado año en Nueva York en otro altercado policial, así como varios altos funcionarios de la Casa Blanca.
Dentro del templo colgaba una pancarta que rezaba: "Las vidas de los negros importan y todas las vidas importan".
Este nuevo caso ha vuelto a reabrir las heridas entre la comunidad afroamericana, quien tras la muerte de Michael Brown en Ferguson (Misuri) el pasado agosto, reivindica que existe un notorio uso desproporcionado de la fuerza por parte de los agentes policiales respecto a la población negra.
Igual que en Ferguson, en Baltimore estallaron las protestas y este domingo seis agentes de policía resultaron heridos y 31 adultos y cuatro menores de edad fueron detenidos tras los incidentes.
La alcaldesa de Baltimore, Stephanie Rawlings-Blake, emitió un "llamado a la paz".
"Nos definimos por cómo respondemos y espero que, en la medida que los ojos del país están puestos en Baltimore, se vea muy claramente que ésta es una comunidad que está dispuesta a enfrentar temas difíciles, que está dispuesta a exigir la rendición de cuentas, y que también exige la paz y el progreso al mismo tiempo", dijo la alcaldesa.
La ciudad, que cuenta con casi dos tercios de la población de raza negra, tiene una larga historia de tensiones entre la policía y la comunidad afroamericana, una herida que se ha reabierto a raíz de la muerte de Gray.
EFE
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