Miles de damnificados lo perdieron todo tras la lluvia torrencial en la capital filipina.
Miles de damnificados es el saldo de la lluvia torrencial que afectó Filipinas. El agua inundó Manila, así como la ciudad agrícola de Novaleta, ubicada a 26 kilómetros de capital, en donde las casas fueron arrasadas y las personas se vieron obligadas a buscar refugio.
Los residentes afectados se trasladaron de sus viviendas inundadas a zonas de refugio en balsas improvisadas, balsas de bambú o en vehículos, mientras que algunos habitantes varados tuvieron el apoyo del servicio militar.
Una cancha de baloncesto de la ciudad de Manila, se convirtió en un centro de evacuación en donde los residentes de las áreas más bajas se refugian junto a las pocas pertenencias que les quedaron.
Las fuertes lluvias obligaron a todas las escuelas y oficinas gubernamentales a paralizar su atención al público temporalmente.
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