Lebron James estuvo intratable en la victoria de 96-91 de Cleveland sobre Golden State en las finales de la NBA.
En una final de NBA no hay lugar para los débiles. Se juega con todo, mucha marca, lucha en toda la cancha y temperamento de acero para no darse por vencido nunca.
Venían los Cavalliers con el pecho hinchado de orgullo y con las pulsaciones a mil por hora, la victoria en la casa de los Warriors ha sido determinante para creer en sus posibilidades de llevarse los anillos de Campeón.
UNA DATO CLAVE
En estos tres partidos, siempre ha estado adelante en el marcador los de Cleveland, pero sufre para cerrar el juego. En el primer juego no lo pudieron sostener y cayeron en tiempo extra. El segundo juego fue muy parecido, pero los Cavalliers, aprendieron la lección y aguantaron a pie firme.
VICTORIA CON EL CORAZON EN LA MANO
El partido de anoche transitó por los mismos carriles, en algún momento del juego los de Lebron James ganaban por 20 puntos de diferencia, pero Golden State se repuso, porque tiene con qué, y a falta de 17 segundos Stephen Curry paralizó los corazones de los 20,562 fanáticos de Cleveland. Pero los Cavalliers lograron cerrarlo y ahora lideran la serie 2-1.
LO QUE VIENE
Nada está dicho, son equipos distintos pero muy parejos en cuanto a su capacidad de anotar. Sin el lesionado Keyry Irving, toda la ofensiva de Cleveland pasa por que ese faro llamado Lebron James, se ilumine cada noche. Tienen más variantes Golden State, pero la defensa de Cleveland ha jugado con el cuchillo entre los dientes.
Este jueves será el cuarto partido de la Finales de la NBA.
El momento del año donde los niños se hacen hombres.
Por: Juan Carlos Vizcarra
@zportman
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