La ola de frío y las condiciones climáticas de este invierno en gran parte de Europa ha generado la presencia de nieve en Argelia después de siete años.
La ola de frío y las perturbaciones climáticas que han sacudido una parte de Europa estos últimos días ha terminado por llamar a las puertas de Argelia, cuya capital ha amanecido nevada por primera vez en siete años.
Tanto el centro de Argel como los barrios situados cerca de la costa han amanecido cubiertos de blanco por la nieve caída durante la noche y esta mañana.
Esta situación climática, insólita, ha causado numerosos inconvenientes a los habitantes de la capital, y también dificultades relativamente importantes en otras regiones del país.
Según informaciones de la prensa local, los accidentes de circulación provocados por la situación han causado una decena de muertos en las últimas 48 horas y numerosas casas han sufrido daños.
La oficina meteorológica argelina había emitido, la noche del pasado jueves, un boletín especial en el que advertía de fuertes lluvias, viento y nieve en una altitud de 100 metros sobre el nivel del mar.
En los barrios argelinos de El Biar, Bouzareah, Notre Dame, Chevalye e incluso Bachdjerah en la zona este la nieve ha provocado el cierre de varias carreteras, lo que ha obligado a los habitantes a encerrarse en sus domicilios en la víspera de la celebración del Mawlid Ennabaoui (el nacimiento del profeta Mahoma).
Los niños, particularmente los nacidos desde el año 2000, han podido por primera vez en su vida jugar con copos de nieve , que no caía en la capital desde 2005.
La Cabilia, que tiene numerosas ciudades y pueblos montañosos, ha sido la más afectada y ciertas localidades han quedado totalmente aisladas.
En otras zonas del país la nieve ha alcanzado un espesor de más de 30 centímetros, la temperatura ha bajado a los cero grados y los cortes de electricidad y del gas se han multiplicado.
Las autoridades han activado varias células de crisis para socorrer a las personas que lo necesitan e intervenir en casos de accidentes y de daños en las viviendas.
EFE
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