Nuestra Tierra visitó el Castillo de Chancay que, próximo a cumplir 100 años, ofrece a sus visitantes museos y tours temáticos a diversos países y culturas. La ciudad de Chancay, además, posee una rica y variada gastronomía que hace deleitar los paladares.
Nuestra Tierra realizó un recorrido por el Castillo de Chancay, uno de los atractivos más importantes que brinda la ciudad homónima, ubicada en la provincia de Huaral, al norte de Lima.
En esta oportunidad tuvimos la oportunidad de conversar con su propietario Juan Barreto Boggio, quien nos contó que este castillo medieval es una expresión de la cultura, pues además de visitar los museos, los visitantes pueden visitar réplicas de los atractivos turísticos de 23 países como de Egipto, Jordania, Italia, Grecia, India, entre otros.
Asimismo, indicó que la construcción fue por iniciativa de su abuela Consuelo Amat y León, bisnieta del virrey del Perú, Manuel de Amat y Juniet.
Con una extensión de 2200 metros, esta obra comenzó a construirse en 1924 y cuenta con 10 salones, 250 habitaciones, 12 terrazas y 4 terrones.
“Este año estamos completando exactamente los 100 años”, señaló orgulloso Barreto Boggio.
Con una vista al Megapuerto de Chancay, el también conocido como el Castillo de los Boggio está abierto todos los días y recibe al año aproximadamente a 800 mil visitantes, entre turistas nacionales y extranjeros.
¿Cuáles son los platos típicos en el puerto de Chancay?
Chancay, un puerto lleno de tradición y sabor, ofrece una amplia variedad de platos típicos que reflejan su rica herencia culinaria.
Entre las delicias más representativas se encuentra el pulpo al olivo, un exquisito platillo de pulpo marinado y servido con una deliciosa salsa de aceitunas.
El chancho al palo y a la caja china es otra especialidad destacada, donde la carne de cerdo se cocina lentamente hasta alcanzar una jugosidad y sabor incomparables.
El arroz con pato, acompañado con salsa huancaína y sarsa criolla, es también uno de los favoritos de los comensales junto al pato al ají con frejoles y el seco de cabrito a la norteña.
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