En 1940 la varita mágica de Walt Disney convertía a un niño llamado Dick Jones en Pinocho. Ahora, con 82 años Dickie recuerda cómo prestó su voz a la tierna marioneta de madera.
En el celuloide es el Hada Azul la que concede a Pinocho, la marioneta de Gepetto, la posibilidad de cobrar vida, aunque, en el caso de Dick Jones, fue el animador estadounidense el artífice de su transformación a la inversa: de niño a marioneta.
"Fueron varios meses de casting leyendo guiones con otras 200 personas de las que finalmente quedamos dos", explicó a Efe por teléfono Dick Jones, quien a pesar del tiempo transcurrido habla con tono jovial y entusiasta de su cuento personal, aquel que empezó durante una comida en la que Walt Disney le preguntó: "¿Qué te parecería ser la voz de Pinocho?".
"Bien, bien, bien, sí, ya lo creo", fue la respuesta de Dickie, quien con doce años era ya un actor experimentado, que había empezado como jinete en espectáculos y pruebas de rodeo antes de viajar a Hollywood y participar en cerca de cuarenta películas, la mayoría del género del western.
En ese momento, formar parte del segundo largometraje de Disney después de "Blancanieves y los siete enanitos", era simplemente "un buen trabajo".
El joven actor no podía sospechar entonces que "Pinocho" iba a convertirse, con el paso del tiempo, en el clásico que ahora vuelve a publicarse en un DVD restaurado en imagen y sonido y con extras que van desde un "cómo se hizo" y un vídeo musical, a un final alternativo, un trivial y escenas eliminadas.
Jones trabajó durante 19 meses para Disney, un largo periodo en el que además de aportar su voz, "entre infantil y grave" al dibujo animado, sirvió de modelo a los dibujantes, cuya primera referencia habían sido las ilustraciones de una de las ediciones de "La aventura de Pinocho", obra firmada por Carlo Collodi a finales del siglo XIX.
"Hubo un par de veces en que tuvieron dificultades para transmitir al papel los movimientos y gestos de Pinocho así que, fotografiándome con una pequeña cámara, registraron cómo se movía mi boca, mi nariz y mis pómulos cuando decía una palabra", recuerda.
El actor incluso llegó a vestir el atuendo de Pinocho -el traje típico tirolés, americanizado con una pajarita azul y con los colores amarillo y rojo- para actuar, "como si de una película de acción real se tratara".
Fue en una escena en la que Pinocho baila junto al malvado personaje El Honrado Juan, al ritmo de la canción "Hi-diddle-dee-dee", explica Jones.
Conseguir el efecto "burbujeante" que se produce al hablar bajo el agua fue otro de los retos a los que se enfrentó Jones, quien sufrió al ver cómo le tumbaban y le pedían que hablara mientras vertían agua sobre su garganta.
Fue un rodaje duro, supervisado en todo momento por Walt Disney, una persona perfeccionista y "todo un caballero" a quien el actor recuerda "siempre ahí", transmitiendo su aprobación o desaprobación por medio tan sólo de sus gestos.
"Nunca alzaba la voz ni daba ninguna instrucción, si le gustaba simplemente sonreía o aplaudía, y si no, tú ya sabías que lo tenías que repetir", describe.
Walt Disney decidió eliminar de la historia de Pinocho la crueldad y violencia del original de Collodi, así como convertir en protagonista a Pepito Grillo, un personaje secundario que ejerce de conciencia de Pinocho.
Este educado grillo representa en la película una constante de Disney: personaje que muestra el buen camino. "Es un ejemplo muy bueno para niños y adultos sobre la necesidad de ser honesto y dejarte guiar por la conciencia, algo muy necesario en la actualidad", opina Jones.
Pero, sorprendentemente, el actor no se muestra conforme con la repetida frase "si mientes, te crecerá la nariz como a Pinocho". "Sabes que eso no va a pasar", explica, mientras aconseja "ser sincero con uno mismo" y cita a Shakespeare cuando dice: "Mejor que con las palabras, la sinceridad se muestra con acciones".
Efe
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