Los especialistas identifican dos tipos de procastinación: la que afecta a cuestiones cotidianas y la que afecta a los objetivos y proyectos fundamentales de la propia vida.
´No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy´. Este conocido refrán hace alusión a un trastorno común en la sociedad actual: la ´procastinación´, término que proviene del latín pro- (adelante) y crastinus (relacionado con el mañana) y que se refiere a la actitud de postergar o evitar lo que se percibe como desagradable o ingrato.
Este es un problema universal que la mayoría de nosotros no quiere tratar. La mayoría de nosotros sabemos que hacer pero simplemente tendemos a dejarlo a un lado y depues de un tiempo se vuelve en un estilo de vida. ¿Es usted una de estas personas? ¿Deja usted constantemente las cosas para el último minuto?
Los especialistas identifican dos tipos de procastinación: la que afecta a cuestiones cotidianas y la que afecta a los objetivos y proyectos fundamentales de la propia vida. Hay muchos factores que indicen para que una persona procrostine más que otra, que sea eventual o crónico. Entre las más evidentes y fáciles de detectar están: el perfeccionismo, personas que tienen miedo de hacer cosas y que no les salgan como desean, el miedo al fracaso, el exceso de autoconfianza que lleva a que una persona postergue actividades importantes y realice otras más relajante confiando en que podrá resolver lo urgente en poco tiempo.
El procrastinador sabe lo que debería estar haciendo y aun así lo posterga, sea por falta de motivación, indecisión o la dificultad de lo que estemos realizando. Este hábito es un síntoma cada vez más común, por ejemplo, en los Estados Unidos, el 70% de los universitarios son procrastinadores.
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