¿Por qué es peligroso el caracol gigante africano?

La presencia de caracoles gigantes africanos en Piura tras las fuertes lluvias encendió las alarmas de las autoridades. El Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa) sugirió a la población manipularlos con cuidado para evitar enfermedades.

De acuerdo a Senasa, los efectos climáticos han incrementado en las últimas semanas la presencia del molusco en zonas como Piura, Tumbes, Junín, Chanchamayo y Satipo. Si bien el animal se alimenta de vegetales, también consume desperdicios que dejan los humanos, por lo que pueden transmitir enfermedades.

El peligro. Ricardo Solano Morales, especialista en plagas emergentes del Senasa, dijo a El Comercio que el caracol gigante africano vive en ecosistemas similares a los de las cucarachas o roedores. Esto hace que se convierta en foco transmisor de parásitos y enfermedades. Su crecimiento y reproducción es rápida por lo que puede producir graves daños en ecosistemas y cultivos tropicales. 

El ingeniero dijo que es importante limpiar bien los alimentos pues el caracol podría haber pasado sobre ellos y haber dejado un rastro de baba contaminado. También comentó que la limpieza en el hogar es importante para bajar la densidad de estos animales. 

Recomendaciones. La malacóloga Adriana Gracia, experta en caracoles del programa de Biología de la Universidad del Atlántico, enumeró una serie de recomendaciones a El Heraldo de Colombia para el manejo de este animal.

1- No tocar los caracoles y evitar el contacto con la baba, especialmente en ojos, nariz y boca. Si lo toca, lavar inmediatamente.

2- No consumir, ni manipular productos de caracoles que no están autorizados por las autoridades competentes, verificando la procedencia de estos.

3- No utilizarlo como carnada, mascota o adorno.

4- Eliminar de las áreas verdes restos de madera, ladrillos o elementos que puedan ser utilizados como refugio para el animal.

5- Solo si es necesario agarrar los caracoles, debes hacerlo con guantes impermeables, tapabocas y colocarlos en una bolsa, meterlos en agua con el agregado de sal común y enterrarlos. Los guantes utilizados deben ser desechados.