Es importante que la estructura reúna las suficientes garantías para no colapsar ni causar daño a sus ocupantes.
Cumplir con las normas sobre edificaciones vigentes y contar con la supervisión de un ingeniero civil, son las principales consideraciones a tomar en cuenta si se tiene pensado comprar un nuevo departamento o si se desea construir una vivienda que sean resistentes a fuertes sismos, recomendaron expertos en este tema.
Javier Piqué del Pozo, ex decano del Consejo Departamental Lima del Colegio de Ingenieros, señaló que si bien no existe ninguna construcción totalmente resistente a un sismo de gran magnitud -sobre todo si este no se manifiesta desde hace más de un siglo-, es importante que la estructura reúna las suficientes garantías para no colapsar ni causar daño a sus ocupantes.
"Las construcciones están hechas para durar en óptimas condiciones unos 50 o 60 años, pero deben respetar las especificaciones técnicas que señala el Reglamento Nacional de Edificaciones", manifestó.
Indicó que toda construcción formal en el Perú debe contar con la licencia de obra otorgada por los municipios, que cuentan con comités de supervisión integrados por ingenieros y arquitectos que verifican si se respeta la mencionada norma.
En ese sentido, el especialista consideró que antes de adquirir una nueva vivienda se debe exigir al vendedor copia de la licencia de construcción otorgada por el gobierno local y hacer la verificación respectiva. También se puede solicitar copia de los planos de la obra, los cuales deben llevar la firma de un ingeniero civil.
NUEVAS TECNOLOGÍAS
Piqué del Pozo destacó que el avance de las tecnologías constructivas permite edificar un predio con mayor resistencia a los movimientos telúricos. Una de esas tecnologías es la colocación de "aisladores sísmicos" o elementos de soporte que desacoplan la estructura de su cimentación y con ello reducen el impacto de la vibración mientras dure el terremoto. De esa manera, se evita que el predio colapse y se derrumbe.
Además, existen otros dispositivos como los "aisladores", "disipadores" y "amortiguadores", que mitigan la fuerza con la que un terremoto sacude a los predios y de esa forma evitan daños graves a la vivienda.
El también ex decano de la Facultad de Ingeniería Civil de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), comentó que incorporar este tipo de tecnologías en las edificaciones puede representar un incremento superior al 10% en el valor total de construcción.
Sin embargo, el experto dijo que ese aumento en el costo inicial se compensa con la resistencia sísmica, lo que garantiza mayor duración del inmueble y con ello menor gasto en reparaciones por daños tras un sismo, así como seguridad y confort para sus habitantes y sus bienes materiales dentro del predio.
Refirió que estas modernas tecnologías están disponibles en nuestro país y los ingenieros civiles que se forman en la UNI son capacitados en su aplicación.
"Las familias deben ser las primeras interesadas en velar por su seguridad y exigir una construcción que cumpla con los estándares técnicos que establecen las normas de edificación para tener la certeza de que van a vivir en un predio que puede resistir un sismo de gran magnitud y proteger sus vidas", anotó finalmente.
Andina
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