Parte policial detalla que cuarto del padre Linán estaba totalmente desordenado. Precisa que dos cajas fuertes estaban abiertas, lo que evidencia un robo.
Conmoción ha causado la muerte de un sacerdote puertorriqueño y su ayudante en el convento San Francisco, en el Cercado de Lima.
Según peritos de criminalística, el cuerpo del padre Linán Ruiz Morales (80) fue hallado en su dormitorio ubicado en el segundo piso con varios cortes en el cuello. Mientras que Ananías Águila (26) fue encontrado con varias puñaladas en la cocina de la iglesia, donde también funcionaba un comedor para personas más necesitadas.
El padre Linán fue recordado por los fieles como un sacerdote muy querido y conocido por el trabajo que realizaba a favor de los jóvenes más necesitados.
Según informó el noticiero 90 Segundos, los delincuentes habrían ingresado por la avenida Amazonas, uno de los ingresos al claustro.
Asimismo, se dio a conocer que fue el sacerdote quien se percató que los delincuentes intentaban robar objetos de valor.
Según el parte policial, el cuarto del sacerdote estaba totalmente desordenado. Además se precisa que sus dos cajas fuertes de metal estaban abiertas, lo que evidencia un robo.
La policía sospecha de la gente de mal vivir que acudía al comedor popular que funcionaba en el convento.
Según peritos de criminalística, el cuerpo del padre Linán Ruiz Morales (80) fue hallado en su dormitorio ubicado en el segundo piso con varios cortes en el cuello. Mientras que Ananías Águila (26) fue encontrado con varias puñaladas en la cocina de la iglesia, donde también funcionaba un comedor para personas más necesitadas.
El padre Linán fue recordado por los fieles como un sacerdote muy querido y conocido por el trabajo que realizaba a favor de los jóvenes más necesitados.
Según informó el noticiero 90 Segundos, los delincuentes habrían ingresado por la avenida Amazonas, uno de los ingresos al claustro.
Asimismo, se dio a conocer que fue el sacerdote quien se percató que los delincuentes intentaban robar objetos de valor.
Según el parte policial, el cuarto del sacerdote estaba totalmente desordenado. Además se precisa que sus dos cajas fuertes de metal estaban abiertas, lo que evidencia un robo.
La policía sospecha de la gente de mal vivir que acudía al comedor popular que funcionaba en el convento.
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