La velada reunió a más de 120 candidatos a los prestigiosos premios. También estuvieron Woody Harrelson, Jeff Bridges, Jeremy Renner, Vera Farmiga y otros.
Un total de 121 nominados a los premios Óscar se
dieron cita hoy en el tradicional almuerzo organizado por la Academia de Hollywood en
el hotel Beverly Hilton (California), un acto donde el actor austríaco
Christoph Waltz brilló con luz propia.
En la vigésimo novena edición de este clásico encuentro previo a los Óscar no estuvo presente la española Penélope Cruz, que asistió el domingo a los premios Goya, pero acudieron los cinco nominados en la categoría de mejor director, los cinco candidatos a mejor actor y cuatro de las aspirantes al premio de mejor actriz.
No todos ellos hablaron con los medios. Pero, justo antes del convite, algunos accedieron a compartir sus sensaciones en breves declaraciones a la prensa.
Por allí desfilaron, en este orden, Gabourey Sidibe ("Precious"), Sandra Bullock ("The Blind Side"), Lee Daniels ("Precious"), Vera Farmiga ("Up in the Air"), Woody Harrelson ("The Messenger"), Carey Mulligan ("An Education"), Jeff Bridges ("Crazy Heart"), Kathryn Bigelow ("The Hurt Locker") y Jeremy Renner ("The Hurt Locker"). También Christoph Waltz ("Inglourious Basterds"), Maggie Gyllenhaal ("Crazy Heart") y Colin Firth ("A Single Man").
Casualmente, es la primera candidatura al Óscar para la mayoría (excepto Harrelson y Bridges) y los nervios estuvieron a la orden del día, lo que provocó que muchos usaran el humor para romper el hielo.
"Pónganse de pie cuando vayan a aplaudirme", fue lo primero que dijo Sidibe, antes de confesar que desde el estreno de la película han sido muchas las adolescentes que se han acercado a ella para comentarle los abusos físicos que han sufrido.
"En muchas ocasiones era la primera vez que se lo decían a alguien. Es algo que emociona. Vieron la película y sintieron una conexión con mi personaje", explicó la actriz en alusión a su papel en "Precious", una joven obesa, analfabeta, embarazada de su padre y maltratada reiteradamente por su madre.
Por su parte, Sandra Bullock, resplandeciente con un vestido gris de Vivian Westwood, también comenzó chistosa: "Ahora sé cómo es ser presidente", dijo ante los aplausos de los periodistas. Después provocó las carcajadas del personal cuando el micrófono le golpeó el pecho.
"Eso me ha hecho sentir bien", comentó entre risas. Más seria admitió que su vida ha cambiado desde que no se toma las cosas tan en serio.
"Vivo feliz y me siento contenta con lo que tengo. Siempre creo que voy a fallar, por eso me sorprende todo esto que me está pasando", afirmó.
Asimismo Woody Harrelson, con aire despistado, reconoció que no esperaba estar nominado "el mismo año que mataba zombis", en alusión a su rol en "Zombieland".
"Estoy seguro de que no voy a ganar, así que me tomo el 7 de marzo como una buena fiesta", apuntó.
Pero fue Christoph Waltz quien se llevó la gran ovación con su comicidad y su trato exquisito con la prensa. Primero mandó callar entre gritos a quienes vociferaban en la sala contigua, sin importarle que fueran otros candidatos al Oscar.
Y después deleitó al personal con una respuesta simultánea en alemán e inglés. Waltz, gran favorito en todas las quinielas para la categoría de mejor actor de reparto, se quita peso de encima.
"Nunca se trató de ganar, esto no es una competición. Todo es camaradería, ya veremos qué pasa", declaró.
También se refirió a su dominio del inglés, el alemán y el francés, como se muestra en el filme de Quentin Tarantino.
"Viene bien cuando viajas, cuando quieres seducir a alguien... Pero nunca imaginas que te valdrá para una película", explicó justo antes de asegurar que Tarantino "escribe poesía dramática".
Los candidatos disfrutaron poco después de un menú compuesto por cócteles y diversos entrantes, como una ensalada de gorgonzola con peras pochadas, patatas a las hierbas con caviar y mousse de cebolleta, atún con semillas de sésamo, ternera con aguacate, tomates cherry con humus y gambas a la plancha.
El plato principal fue pollo marinado a las finas hierbas y, de postre, tarta de manzana con helado de vainilla. Las mesas estaban formadas por nominados de distintas categorías.
Por ejemplo, la mesa 35 estaba presidida por el cineasta Curtis Hanson, y junto a él se sentaron Meryl Streep (aspirante a mejor actriz), Geoffrey Fletcher (nominado al mejor guión adaptado), Mindy Hall (candidata al mejor maquillaje) y Roger Williams (se postula al mejor cortometraje documental).
Esa fue la manera de la Academia de Hollywood de desear buena suerte a todos los candidatos, incluso a los más supersticiosos, ya que en el almuerzo no hubo mesa número 13. La 82 edición de los Oscar se celebrará el 7 de marzo en el Teatro Kodak, de Hollywood (California, EE.UU.), y será emitida en directo a más de 200 países.
EFE
En la vigésimo novena edición de este clásico encuentro previo a los Óscar no estuvo presente la española Penélope Cruz, que asistió el domingo a los premios Goya, pero acudieron los cinco nominados en la categoría de mejor director, los cinco candidatos a mejor actor y cuatro de las aspirantes al premio de mejor actriz.
No todos ellos hablaron con los medios. Pero, justo antes del convite, algunos accedieron a compartir sus sensaciones en breves declaraciones a la prensa.
Por allí desfilaron, en este orden, Gabourey Sidibe ("Precious"), Sandra Bullock ("The Blind Side"), Lee Daniels ("Precious"), Vera Farmiga ("Up in the Air"), Woody Harrelson ("The Messenger"), Carey Mulligan ("An Education"), Jeff Bridges ("Crazy Heart"), Kathryn Bigelow ("The Hurt Locker") y Jeremy Renner ("The Hurt Locker"). También Christoph Waltz ("Inglourious Basterds"), Maggie Gyllenhaal ("Crazy Heart") y Colin Firth ("A Single Man").
Casualmente, es la primera candidatura al Óscar para la mayoría (excepto Harrelson y Bridges) y los nervios estuvieron a la orden del día, lo que provocó que muchos usaran el humor para romper el hielo.
"Pónganse de pie cuando vayan a aplaudirme", fue lo primero que dijo Sidibe, antes de confesar que desde el estreno de la película han sido muchas las adolescentes que se han acercado a ella para comentarle los abusos físicos que han sufrido.
"En muchas ocasiones era la primera vez que se lo decían a alguien. Es algo que emociona. Vieron la película y sintieron una conexión con mi personaje", explicó la actriz en alusión a su papel en "Precious", una joven obesa, analfabeta, embarazada de su padre y maltratada reiteradamente por su madre.
Por su parte, Sandra Bullock, resplandeciente con un vestido gris de Vivian Westwood, también comenzó chistosa: "Ahora sé cómo es ser presidente", dijo ante los aplausos de los periodistas. Después provocó las carcajadas del personal cuando el micrófono le golpeó el pecho.
"Eso me ha hecho sentir bien", comentó entre risas. Más seria admitió que su vida ha cambiado desde que no se toma las cosas tan en serio.
"Vivo feliz y me siento contenta con lo que tengo. Siempre creo que voy a fallar, por eso me sorprende todo esto que me está pasando", afirmó.
Asimismo Woody Harrelson, con aire despistado, reconoció que no esperaba estar nominado "el mismo año que mataba zombis", en alusión a su rol en "Zombieland".
"Estoy seguro de que no voy a ganar, así que me tomo el 7 de marzo como una buena fiesta", apuntó.
Pero fue Christoph Waltz quien se llevó la gran ovación con su comicidad y su trato exquisito con la prensa. Primero mandó callar entre gritos a quienes vociferaban en la sala contigua, sin importarle que fueran otros candidatos al Oscar.
Y después deleitó al personal con una respuesta simultánea en alemán e inglés. Waltz, gran favorito en todas las quinielas para la categoría de mejor actor de reparto, se quita peso de encima.
"Nunca se trató de ganar, esto no es una competición. Todo es camaradería, ya veremos qué pasa", declaró.
También se refirió a su dominio del inglés, el alemán y el francés, como se muestra en el filme de Quentin Tarantino.
"Viene bien cuando viajas, cuando quieres seducir a alguien... Pero nunca imaginas que te valdrá para una película", explicó justo antes de asegurar que Tarantino "escribe poesía dramática".
Los candidatos disfrutaron poco después de un menú compuesto por cócteles y diversos entrantes, como una ensalada de gorgonzola con peras pochadas, patatas a las hierbas con caviar y mousse de cebolleta, atún con semillas de sésamo, ternera con aguacate, tomates cherry con humus y gambas a la plancha.
El plato principal fue pollo marinado a las finas hierbas y, de postre, tarta de manzana con helado de vainilla. Las mesas estaban formadas por nominados de distintas categorías.
Por ejemplo, la mesa 35 estaba presidida por el cineasta Curtis Hanson, y junto a él se sentaron Meryl Streep (aspirante a mejor actriz), Geoffrey Fletcher (nominado al mejor guión adaptado), Mindy Hall (candidata al mejor maquillaje) y Roger Williams (se postula al mejor cortometraje documental).
Esa fue la manera de la Academia de Hollywood de desear buena suerte a todos los candidatos, incluso a los más supersticiosos, ya que en el almuerzo no hubo mesa número 13. La 82 edición de los Oscar se celebrará el 7 de marzo en el Teatro Kodak, de Hollywood (California, EE.UU.), y será emitida en directo a más de 200 países.
EFE
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