Italia, Francia y Estados Unidos son algunos de los países más afectados por la pandemia y durante el fin de semana registraron menos decesos en relación con días anteriores. El nuevo coronavirus ya ha cobrado la vida de más de 112,500 personas a nivel mundial.
La pandemia del nuevo coronavirus continúa su avance a nivel global, aunque las medidas de prevención adoptadas por las autoridades ya comienzan a dar frutos en algunos de los países más afectados como Francia, Italia y Estados Unidos, donde el balance diario de muertes se reduce levemente.
Hasta el momento la COVID-19 ha provocado la muerte de más de 112,500 personas en todo el mundo desde que se registrara el primer caso infectado en China, durante diciembre del 2019, se trata de una cifra lúgubre que ha duplicado en poco más de una semana.
Estados Unidos continúa como el país más golpeado, con al menos 22,020 muertes y poco más de 555,000 casos confirmados, aunque Europa se mantiene como el continente más afectado por la pandemia, con ya 75,011 muertes y 906,673 casos de personas contagiadas.
Cifras disminuyen
Sin embargo, el número de muertes que registran a diario los sistemas sanitarios han mostrado durante el fin de semana signos de disminución en los países más afectados, como Italia, Francia y Estados Unidos.
Durante el domingo, Italia anunció su día menos letal en más de tres semanas, con 431 muertos en 24 horas para contar casi 20,000 muertos. Desde el 19 de marzo, la cifra diaria había superado sistemáticamente los 500 muertos.
Por su parte, Francia observa “una caída muy leve” en el número de pacientes en cuidados intensivos por cuarto día consecutivo, así como el número de muertes en un día en el hospital, con 310 decesos en comparación con 345 el día anterior, para un total de 14,393 muertos.
En Estados Unidos, la pandemia también parece estar llegando a su punto máximo, donde en las últimas 24 horas se registraron 1,514 decesos, una cifra que disminuye en relación al día anterior, cuando 1,920 perdieron la vida.
Sin embargo, Andrew Cuomo, gobernador del estado de Nueva York, el epicentro de la enfermedad en territorio estadounidense con más de 9.000 muertes, emitió una advertencia: "No vemos una caída significativa, es solo una estabilización".
AFP
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