La capital de Argentina y la provincia de Buenos Aires concentran casi la mitad de todos los casos del nuevo coronavirus del país, que alcanza 4 783 contagios y 249 muertos.
La mascarilla se convirtió desde este lunes en un accesorio de uso obligatorio para circular por las calles en la ciudad de Buenos Aires, como medida de prevención de la transmisión del coronavirus en uno de los distritos de Argentina más afectados por la pandemia.
Preocupadas por el aumento de casos del COVID-19 en la capital argentina, las autoridades dispusieron la obligatoriedad de cubrir la nariz, la boca y el mentón cada vez que un ciudadano salga a la calle, bajo el riesgo de aplicar fuertes multas que van de 10.700 a 79.180 pesos (155 a 1.150 dólares) a quienes no lo usen.
Hasta ahora, sólo era obligatorio el uso de tapabocas en el transporte público o dentro de dependencias públicas o locales comerciales.
La ministra de Espacio Público e Higiene Urbana de la ciudad, Clara Muzzio, explicó que la medida fue tomada porque "dos de cada tres personas son asintomáticas" y con la mascarilla se ayuda a "evitar la propagación del virus".
"Esta obligatoriedad es otra medida importante en relación al espacio público y sirve para que no sólo nos cuidemos nosotros sino con quienes nos relacionamos. Además, es uno de los primeros pasos que estamos dando para poder volver a disfrutar el espacio público con seguridad", precisó la funcionaria al anunciar el uso del tapabocas.
Analizan salida escalonada
Argentina registró hasta el momento 4.783 casos confirmados del COVID-19, de los cuales 249 fallecieron y otros 1.442 ya recibieron el alta médica, según informaron esta mañana las autoridades sanitarias.
La capital argentina y la provincia de Buenos Aires concentran casi la mitad de todos los casos de coronavirus del país y registraron en las últimas semanas un crecimiento constante del número de contagios, aunque la curva se mantiene en suave ascenso, sin marcados picos de aumentos, desde el inicio de la cuarentena obligatoria el pasado 20 de marzo.
El aislamiento social preventivo y obligatorio rige de forma estricta en el área metropolitana de Buenos Aires, que reúne a la capital y al populoso cordón urbano que la rodea, pero en las últimas semanas se registra un mayor número de personas circulando en las calles, mientras que en algunas provincias con pocos casos o sin transmisión comunitaria se comenzó a flexibilizar las restricciones.
El Gobierno nacional dispuso el confinamiento hasta el próximo 10 de mayo y se estima que la cuarentena seguirá aunque con una salida escalonada.
El vicejefe de Gobierno porteño, Diego Santilli, anunció este lunes que la ciudad presentará al presidente, Alberto Fernández, diversas alternativas para ir habilitando diversos sectores "en función de generar una cierta movilidad controlada de la economía".
(Con información de EFE)
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