La antigua calle, del gobernador romano Poncio Pilatos, unía el Monte del Templo con las piscinas de Siloé en donde, según el evangelio de San Juan, Jesús curó a un ciego.
Un grupo de arqueólogos de la Universidad de Tel Aviv descubrió una calle que ordenó construir Poncio Pilatos en Jerusalén y que usaban peregrinos en su camino al Monte del Templo, hoy Explanada de las Mezquitas.
El descubrimiento, llevado a cabo tras seis años de excavaciones arqueológicas, consiste en un tramo de 220 metros de largo, de calle que unía el monte, lugar más sagrado para el judaísmo, con las piscinas de Siloé en cuyas aguas, según el evangelio de San Juan, Jesús curó a un ciego.
Las monedas son la clave
Durante las excavaciones, los arqueólogos de la Autoridad de Antigüedades de Israel (AAI) hallaron más de cien monedas enterradas bajo los adoquines y las ubicaron temporalmente en las primeras décadas del siglo I, informó esta institución en un comunicado.
De esto se deduce que la calle fue construida cuando Poncio Pilatos era prefecto de la por entonces provincia romana de Judea.
"Algunas monedas tienen inscrito el año en que fueron acuñadas, lo que significa que si una moneda con fecha del año 30 d.C. es encontrada bajo la calle, esta tiene que haber sido construida en el mismo año o después", explica el doctor Donald T. Ariel, arqueólogo y especialista en monedas de la AAI.
Sin embargo, Ariel agrega que por entonces las monedas acuñadas diez años después de esa fecha eran las más comunes en Jerusalén y, el no haberse hallado ninguna bajo los adoquines, significa que la calle fue construida durante esos años.
Calle importante
Los investigadores estiman que para su construcción se utilizaron unas 10.000 piedras calizas y que, por su ancho y sus decoraciones, lejos de ser un simple corredor, era una calle importante.
Se ubicaba en el actualmente denominado Parque Nacional Ciudad de David, en la parte Este de la ciudad, territorio palestino ocupado por Israel desde 1967 y conectaba, según los expertos, dos de los sitios religiosos más importantes de Jerusalén: el gran templo y las piscinas de Siloé.
De esto, los arqueólogos deducen que fue principalmente utilizada por peregrinos en su camino a rezar al Monte del Templo, aunque también teorizan que puede haber sido construida para engrandecer la figura de Poncio Pilatos.
Los adoquines fueron hallados bajo capas de escombros, que se cree datan del año 70 d.C. y contenían puntas de flecha, árboles quemados y restos de edificios de la época.
EFE
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