Muchas de las víctimas pertenecían a una secta cristiana, que rechaza la medicina moderna. "Es un pérdida de vidas injustificable", señaló un vocero del Gobierno.
Veintidós personas han muerto en Zimbabwe en lo que va de mes, la mayor parte de ellos niños menores de cinco años, a causa de un brote de sarampión, una situación que el ministro de Salud, Henry Madzorera, ha calificado de "injustificable".
"Es una pérdida de vidas injustificable dado que el sarampión es una enfermedad evitable", ha dicho Madzorera al diario Herald, controlado por el Gobierno.
Según Madzorera, otras 350 personas con síntomas de padecer esta enfermedad altamente contagiosa han sido sometidas a tratamiento en quince distritos diferentes del país, aunque los casos mortales registrados hasta el momento se han dado todos en el distrito de Makoni, en la provincia oriental de Manicaland.
Según la prensa local, muchas de las víctimas mortales de este brote de sarampión pertenecían a la secta cristiana 'Johanne Marange Apostolic', que rechaza la medicina moderna y prefiere tratar a sus enfermos con oraciones y agua bendita.
Algunos de los miembros de la secta han escondido a sus enfermos en el interior de las casas o en lo alto de las colinas para esquivar al personal del Ministerio de Salud que estaba vacunando a los niños de la zona.
-EFE-
"Es una pérdida de vidas injustificable dado que el sarampión es una enfermedad evitable", ha dicho Madzorera al diario Herald, controlado por el Gobierno.
Según Madzorera, otras 350 personas con síntomas de padecer esta enfermedad altamente contagiosa han sido sometidas a tratamiento en quince distritos diferentes del país, aunque los casos mortales registrados hasta el momento se han dado todos en el distrito de Makoni, en la provincia oriental de Manicaland.
Según la prensa local, muchas de las víctimas mortales de este brote de sarampión pertenecían a la secta cristiana 'Johanne Marange Apostolic', que rechaza la medicina moderna y prefiere tratar a sus enfermos con oraciones y agua bendita.
Algunos de los miembros de la secta han escondido a sus enfermos en el interior de las casas o en lo alto de las colinas para esquivar al personal del Ministerio de Salud que estaba vacunando a los niños de la zona.
-EFE-
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