China advirtió a EE.UU. que debe "abstenerse de intervenir” en las elecciones de Taiwán de “cualquier forma”, de cara a evitar causar “graves daños” a las relaciones bilaterales.
China reiteró este jueves su oposición a la intervención de Estados Unidos en las elecciones de Taiwán, una isla autogobernada que Pekín considera parte de su territorio, y criticó las visitas "no oficiales" entre la isla y Washington.
La portavoz del Ministerio de Exteriores chino Mao Ning dijo en una rueda de prensa que EE.UU. debe "abstenerse de intervenir” en las elecciones de Taiwán de “cualquier forma”, de cara a evitar causar “graves daños” a las relaciones bilaterales.
Mao también criticó el anuncio de Washington de enviar una delegación "no oficial" a Taiwán después de las elecciones del sábado, en las que el candidato del gobernante Partido Democrático Progresista (PDP) y actual vicepresidente, William Lai, lidera las encuestas.
"China siempre se opone firmemente a cualquier forma de intercambios oficiales entre EE.UU. y Taiwán", agregó Mao, que reiteró que "solo hay una China en el mundo, y Taiwán es una parte inalienable de China", postura que defiende Pekín y en la que basa buena parte de sus relaciones internacionales.
La portavoz china también condenó una advertencia de Washington al gigante asiático en contra de avivar las tensiones sobre las encuestas.
"China expresa fuerte insatisfacción y firme oposición a la descarada charla del lado estadounidense sobre las elecciones en la región de Taiwán", afirmó Mao, quien enfatizo que "Taiwán es el núcleo de los intereses centrales de China y es la línea roja número uno que no debe ser transgredida en la relación entre China y Estados Unidos".
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Además, instó "al lado estadounidense a tomar medidas prácticas para cumplir con los compromisos asumidos por los líderes de los dos países".
Envío de "delegación no oficial"
El anuncio este miércoles por parte de EE.UU. de su plan para enviar una "delegación no oficial" a Taiwán después de las elecciones presidenciales del 13 de enero en la isla provocó una reacción airada de China.
Pekín considera que las visitas "no oficiales" son una violación de su soberanía y una provocación a su integridad territorial.
Sobre las elecciones taiwanesas planea también la sombra de China, país que califica al PDP de "independentista" y al que Taiwán acusa de querer interferir en el resultado de las votaciones mediante presiones tanto militares como económicas.
Taiwán -adonde se retiró el ejército nacionalista chino tras la derrota a manos de las tropas comunistas en la guerra civil- se ha gobernado de manera autónoma desde 1949, aunque China reclama la soberanía sobre la isla, a la que considera una provincia rebelde para cuya "reunificación" no ha descartado el uso de la fuerza. (Con información de EFE)
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