Lo asesinaron hace un año, creyeron que era un crimen político y resultó ser un lío sexual entre primos

Hace un año, España quedó consternada por la misteriosa muerte de un concejal de Asturias a unos metros de la puerta de su casa. Sin embargo, ya avanzada las investigaciones, se descubrió que una telaraña de engaños, líos sentimentales y enemistades, encaminaron a la muerte a Javier Ardines.

Pero, ¿quién era Javier Ardines? La víctima de ascendencia belga, era pescador, hombre casado, padre de dos hijos y militaba en Izquierda Unida. Se formó como técnico agrícola y técnico de invernaderos en la Escuela de Capataces de Villaviciosa, al noroeste de España. Se consideraba hijo de inmigrantes y prodigaba su pasión por el mar.

El 16 de agosto de 2018 encontró la muerte de modo trágico. Ardines salió de casa como todas las mañanas para ir a pescar al Puerto de Llanes, a bordo de su furgoneta. Apenas había recorrido unos 30 metros cuando descubre algo en el asfalto.

Tres vallas metálicas obstaculizaban su paso, así que baja de su coche para retirarlas. Ya había visto esta escena antes, pero en esta ocasión cayó en una emboscada. Pasaron dos horas desde que descendió, cuando un vecino encontró el cadáver cubierto de tierra y con signos de estrangulamiento.

El vecindario quedó en shock, todos coincidieron en que no pudo haber sido tumbado solo por una persona y se tejió la hipótesis de que pudo ser un crimen con móvil político. La Guardia Civil nunca descartó esta hipótesis y los medios españoles tampoco.

Lío sentimental

El 19 de febrero de este año la Guardia Civil arrestó a tres hombres, entre ellos a Pedro Luis Nieva, el supuesto autor intelectual, que se encargó de contactar a dos argelinos y pagarle 25 mil euros a cada uno para cometer el crimen.

Pero ¿qué vínculos había entre Javier Ardines y Pedro Nieva?. Resulta que la esposa de Pedro Nieva, Katia Blanco y prima a su vez de la esposa de Ardines, había sostenido un romance con el concejal.

Según La Vanguardia, ambas parejas eran parte de un grupo que disfrutaba de fiestas, cenas y otras celebraciones en el pueblo llanisco. Pedro descubrió que era engañado cuando leyó en el celular de su esposa una conversación con Ardines.

El diario El Español, informó que Katia y Ardines lograron ocultar durante muchos años su aventura, se mostraban discretos y varias grabaciones en el celular de ella, así lo evidencian.