Las elecciones en EE.UU. tendrán consecuencias en la geopolítica mundial; sin embargo, anticiparlas es un reto. ¿De qué manera se reconfigura el mundo con Trump o con Biden? ¿Qué ocurrirá con la guerra comercial entre EE.UU. y China? RPP Noticias consultó con analistas para aclarar algunos puntos de este panorama.
Estados Unidos, el país más poderoso del mundo, elegirá mañana 3 de noviembre si continúa bajo las riendas del presidente Donald Trump o si es liderado por Joe Biden en una de las elecciones más polarizadas de los últimos tiempos. El mundo mira con expectativa de lo que puede pasar con el país y se abren interrogantes sobre los futuros escenarios en política internacional: ¿De qué manera se reconfigura el mundo con una reelección de Trump o una elección de Biden? ¿Qué ocurrirá con la guerra comercial entre EE.UU. y China? ¿Se profundiza la crisis del multilateralismo?
Estas elecciones en Estados Unidos tendrán consecuencias en la geopolítica mundial; sin embargo, anticiparlas sigue siendo un reto. RPP Noticias consultó con analistas de política internacional para aclarar algunos puntos de este opaco panorama.
La reelección de Trump
Los analistas consultados para este informe concuerdan en que una reelección de Donald Trump ahondaría en la perdida de liderazgo de los Estados Unidos en la política internacional. La postura de la política exterior en los cuatro años de Trump ha sido resumida en la frase “America First” o “América Primero”, lo que ha tenido consecuencias en las relaciones con sus tradicionales aliados.
“Por un lado, si Trump es reelegido, el liderazgo de EE.UU. va a seguir en picada, vamos a encontrar un espacio importante para el desarrollo de la consolidación de China como potencia a nivel mundial, como ya viene siendo”, sostuvo Óscar Vidarte, magíster en Relaciones Internacionales y docente en la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). Añadió que China actualmente lidera el discurso del libre comercio, un asunto que antes estaba en manos de EE.UU. La relación de EE.UU. con Europa, su principal aliada, está muy debilitada. “Alianza fracturada”, describe Vidarte.
El doctor en Historia de Estados Unidos y docente de la Universidad del Pacífico, Norberto Barreto, enumera el impacto “terrible” de los cuatro años de la presidencia Trump: afectación a la OTAN, conflictos comerciales directos con China, ha “fracasado” en resolver asuntos con Corea del Norte, ha “exacerbado” la situación en Medio Oriente al reconocer a Jerusalén como capital de Israel. “El impacto de Trump en cuatro años ha sido terrible. Cuatro años más, no me lo quiero ni imaginar, sobre todo, porque ha sido una política exterior donde improvisaba, sin ningún norte claro. A EE.UU. no le conviene reelegir a Trump. Al mundo tampoco”, resume el también columnista de RPP.
Javier Alcalde Cardoza, doctor en Asuntos Internacionales y docente de la PUCP, manifiesta que las condiciones mínimas para un liderazgo en política es que haya un trato amable y predecible, atributos que no tiene Trump. “En los últimos meses, está subordinando su política exterior a sus intereses electorales. Está actuando, desde el punto de vista de actores externos, de manera irracional. Él lo que quiere es asegurar una reelección y cada vez más está desesperado por eso”, sostuvo.
Con respecto a la postura del “America First”, Alcalde Cardoza explicó que Trump pudo canalizar el resentimiento de la población de clase baja y media norteamericana que se vio perjudicada por los impactos de la globalización en términos de empleo y salarios. “Hay un resentimiento. Ese señor trata de satisfacer eso de manera demagógica sin calcular bien los costos. Creo que sí hay solución para mejorar los impactos de la globalización sobre los americanos, pero no con los arrebatos que hace”, sostuvo.
Un cambio de rumbo con Biden
Si llega a ser el próximo presidente de EE.UU., Joe Biden tendrá como principal tarea la reafirmación del liderazgo norteamericano. Los analistas Ariel Segal, Norberto Barreto y Óscar Vidarte apuntan que EE.UU. retomará el acuerdo de paz con Irán, el compromiso con la OTAN, la Unión Europea y otros acuerdos multilaterales.
“Estados Unidos volvería a lo que era con Obama. Volverá el acuerdo de París. Probablemente volverá un acuerdo con Irán. No sé si exactamente como el de Obama. Con Putin, va a mantener una relación difícil y tensa como la que tenía Obama”, opinó Ariel Segal, doctor en Historia Latinoamericana y docente.
Barreto sostiene que la estrategia de Biden debería girar en torno a un mensaje para sus aliados del “estamos de vuelta” y reafirmar a Estados Unidos como un referente, pese al gravísimo impacto que ha tenido la COVID-19 en el país. “Estados Unidos no es un modelo atractivo ahora. Biden tiene un trabajo difícil, no imposible. Va a depender de a quien nombre secretario de estado. Tiene que lanzar una ofensiva de reafirmar a los amigos”, sostuvo. Aunque también mostró preocupación por el candidato demócrata, quien, de ser elegido, sería el presidente más viejo de los Estados Unidos. “Me preocupa su estamina, va a cumplir 78 años”, dijo.
Vidarte también indicó que la edad de Biden es un factor a tomar en cuenta, debido a que, si es elegido, sería un presidente de transición de cuatro años, al no poder optar por la reelección. Vidarte y Alcalde también señalan que sin duda habría un giro con Biden en el conflicto de EE.UU. y China.
“Va a cambiar el tono de la disputa, ya no será tan confrontacional, tan insultante, sino más diplomática, como se hizo en la época de Obama. Él promovió el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) como mecanismo para evitar la influencia china en el Asia Pacifico. Irónicamente el TPP fue entendido por Trump como un mecanismo económico y simplemente lo desechó. Entendió la lucha con China de otra manera, que probablemente es más perjudicial para China, Estados Unidos y el mundo”, sostuvo Vidarte.
Para Alcalde, Biden deberá tomar la decisión de cuán duro será con China y si buscará un arreglo temporal. “La gran ventaja es que serán más racionales, predecibles, un contacto más inteligente con la opinión pública, no simplemente arranques. El momento es difícil para EE.UU. Primero por el impacto de la COVID-19 y segundo, que el liderazgo chino está bien avanzado. China tiene la nueva ruta de la seda, que va conectar el litoral chino con Europa. Ahí, Europa ha sido un gran aliado de EE.UU., entonces tiene que aprender a manejar esa relación. También están los tratos de Europa con Rusia. No puede ponerse muy fuerte contra los europeos por lo que ellos hagan por su propio interés frente a Rusia y China en cuanto a asunto económicos”, explicó el investigador.
La guerra comercial de EE.UU. y China
China es el país que amenaza la hegemonía de Estados Unidos en el mundo. El profesor Alcalde explica que EE.UU. simplemente confiaba en que “China se iba a contentar con ser el número dos y tener muchos beneficios económicos, pero las reglas iban a ser las mismas”. Sin embargo, China tiene otros intereses, señala Alcalde, y uno de ellos es ser la potencia hegemónica en Asia. “China quiere tener tranquilidad en sus puertas y cómo va a estar tranquila si tiene flotas norteamericanas frente a sus costas, si hay bases norteamericanas muy cerca”, indica.
Pekín reclama la soberanía del Mar de la China Meridional, también conocido como el Mar del Sur de China. Sin embargo, Estados Unidos ha rechazado esas pretensiones y se ha alineado con Vietnam, Filipinas, Taiwán y otros socios estadounidenses en el sudeste asiático.
“Está claro que EE.UU. se pone fuerte al proteger a Taiwán y al sudeste asiático y va a mantenerse firme. Pero la China está más firme, porque dice una cosa que tiene sentido: somos una superpotencia, entonces queremos recuperar el dominio de ciertos espacios. Me refiero al Mar del Sur. Ahí va a tener que haber una negociación. Lo que está planteando China es que EE.UU. se repliegue un poco del Asia y ellos no se van a meter mucho en América”, explicó Alcalde.
Esta negociación, sin embargo, podría complicarse, debido a que las autoridades estadounidenses son conscientes de que China representa ahora una amenaza a su hegemonía. “La política exterior norteamericana ha entendido la importancia de enfrentar a China en este momento y no esperar a que se consolide como una potencia mundial”, indica Vidarte. “China es la potencia en ascenso y EE.UU. es una potencia tratando de mantenerse en una posición dominante”, señala Barreto.
A diferencia de Trump que continuaría muy confrontacional con China, Biden seguiría un camino multilateral, a través de la construcción de alianzas, afirma Vidarte. “En caso de Biden, esa competencia va a continuar, es inevitable que continúe […] Va a tender puentes a Europa, a OTAN, a Latinoamérica, pero con otro discurso y no el ‘si no me haces caso, te pego’”, refirió.
En este punto también coincide Barreto: “En el caso de Biden, creo que podría haber un cambio de liderato, va a provocar un cambio de discurso. Una relación más balanceada con China sin provocar la confrontación directa que es lo que Trump ha hecho convirtiendo a China en una especie de monstruo, un cuco, que saca cada vez que lo necesita”.
No obstante, según Ariel Segal, la posición de Biden, respecto a China, todavía sigue siendo un enigma: “Biden no ha dicho nada del tema, lo evita. No queda claro si toma una posición intermedia o si va a dejar que China sea arrolladora en cuanto al comercio”.
¿Y cómo queda América Latina en medio de esta guerra comercial? Vidarte indica que particularmente el Perú no está obligado a tomar una postura sobre a cuál país apoyar, debido a que nuestra política es lograr los mayores objetivos con ambos países. “A nivel comercial, entre los dos superan el 50% de nuestro comercio. Son fundamentales en muchos ámbitos. Son dos actores claves para nosotros. Ponernos a pensar que tenemos que decidir por uno o por otro, no es una opción en este momento”, consideró, aunque prevé que si la competencia se traslada a la región-algo que no sucede todavía- “pues probablemente estaremos obligados a tomar decisiones”.
Por su parte, Alcalde toma en cuenta el planteamiento de China: si EE.UU. respeta a China en Asia, ellos respetarán los intereses de EE.UU. en América Latina. “Eso significa no un retroceso, pero los sueños de la Alianza del Pacífico van a ser difíciles de realizar, porque EE.UU. de forma sutil, primero y luego más fuerte, va a desalentar que se dé una relación de inversión china con nuestros países que luego se traduzca en influencia política”.
Multilateralismo: ¿cómo queda la cooperación entre países?
El multilateralismo o la idea de la cooperación entre países atraviesa una crisis. En los últimos años ha habido varios ejemplos de ello, con la figura de Trump presente en todos ellos: la tensión en la OTAN, el retiro de EE.UU. del TPP, los cuestionamientos a la ONU.
“El multilateralismo ha sido una de las principales víctimas de Trump, ha afectado las alianzas y amistades de EE.UU.”, señala Barreto. En ese sentido, Segal apunta que Trump tampoco consultó con sus aliados sobre su reunión con el dictador norcoreano Kim Jong-un.
Para Vidarte, la crisis del multilateralismo “es expresión de un mundo que tiende a priorizar los intereses propios de los estados, algo que existió siempre, pero que justamente el multilateralismo quería reenfocar. El multilateralismo se fundamenta en intereses colectivos, conjuntos, comunes que predominen frente a intereses particulares de cada estado, pero eso está siendo muy difícil en los últimos años”.
Barreto señala que la pandemia ha acentuado la crisis del multilateralismo, debido a que ha forzado a adoptar políticas más nacionalistas. “Ni el nacionalismo ni la derecha son amigos de las soluciones multilaterales que tratan de enfrentar los problemas de forma coordinada […] Ha habido una falla en cómo los países han manejado y han interactuado en términos de la COVID. Creo que ha fallado el multilateralismo en gran medida porque el liderazgo de EE.UU. ha estado ausente”, dijo.
Y si Trump es reelegido, no aportará a la construcción del multilateralismo. “Con Trump, este proceso continúa y es preocupante, porque lo que se viene en la pospandemia es un contexto que requiere mayor cooperación. La cooperación es fundamental para hacer frente a escenarios que probablemente se vayan a repetir en el futuro cercano”, concluye Vidarte.
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