Maduro asumió su segundo mandato (2019- 2025) y comentó que recibió un chaleco amarillo de regalo. "Somos los rebeldes del mundo", dijo en referencia a la clase trabajadora de Francia que rechaza las políticas económicas de Macron.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, dijo este jueves que cuenta con la simpatía de los "chalecos amarillos", como se le conoce a un movimiento que inició en noviembre pasado en Francia y que consiste en protestas populares contra algunas políticas económicas de ese Gobierno.
"Los chalecos amarillos nos ven con buenos ojos, me mandaron un chaleco amarillo de regalo, quizá me lo estrene mañana", dijo Maduro durante su discurso en la toma de posesión para su segundo mandato que comienza hoy con numerosos cuestionamientos sobre la legitimidad de su reelección.
Entre los aplausos de sus simpatizantes, el líder chavista bromeó con la posibilidad de fundar "una seccional de los chalecos amarillos de Venezuela". "Porque somos los rebeldes, nosotros somos los rebeldes del mundo", agregó el jefe del Estado, que profirió un par de palabras en francés ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de su país, en Caracas.
Los chalecos amarillos
El movimiento de los "chalecos amarillos" se inició con algunos episodios de tensión y violencia en los que murió una mujer y más de 500 personas resultaron heridas y detenidas. El sábado pasado, el octavo consecutivo de protestas de ese movimiento, quedó marcado por los altercados en muchas ciudades, como París, Burdeos, Toulouse y Ruán.
Eso llevó al primer ministro, Édouard Philippe, a presentar anoche un nuevo dispositivo para evitar los desbordamientos en manifestaciones que incluye el fichaje de los violentos para prohibirles su participación en manifestaciones y el endurecimiento de las sanciones contra los que participen en aquellas que no hayan sido comunicadas previamente.
Segundo mandato
La legitimidad del segundo mandato de Maduro ha sido cuestionada por la oposición venezolana y numerosos Gobiernos extranjeros, que no reconocen los resultados de las elecciones de mayo pasado en las que el jefe de Estado fue reelegido con cerca del 70 % de los votos.
Por estas razones, la mayoría de los países de Latinoamérica no enviaron a ningún representante a la toma de posesión, igual que Estados Unidos y la Unión Europea.
EFE
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