En lo que va del año, Ucrania ha derribado dos aviones-espía rusos A-50 y 14 cazas Su-34 y Su-35, lo que ha obligado a Rusia a tomar más precauciones a la hora de lanzar bombas aéreas o desplegar sus naves de guerra.
Las fuerzas de Rusia han reducido de forma significativa en varias zonas del frente el lanzamiento desde cazas de combate de bombas guiadas contra posiciones ucranianas, después de que Ucrania haya logrado derribar desde el comienzo de febrero 14 aviones militares rusos, indicó este viernes el jefe de la Fuerza Aérea ucraniana, Mikola Oleshchuk.
“Después de las pérdidas significativas de aviones de reconocimiento a larga distancia A-50 y de cazas Su-34 y Su-35, los ocupantes han reducido de manera sustancial la cantidad de ataques aéreos con bombas guiadas”, ha escrito Oleshchuk en su cuenta de Telegram.
Oleshchuk ha aclarado que Rusia sigue lanzando bombas aéreas en algunas zonas, aunque lo hace desde más lejos para evitar nuevos derribos de sus aviones.
El comandante ucraniano ha añadido que los aviones de reconocimiento rusos han dejado de aparecer en la zona del mar de Azov y en otras direcciones del frente, lo que reduce el acceso de la aviación de combate rusa a la información sobre localización de objetivos y defensas enemigas que le proporcionan los aviones A-50.
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Derribos de aviones de combate rusos
En lo que llevamos de año, Ucrania ha derribado dos aviones-espía rusos A-50, que tienen una importancia crucial para el funcionamiento y la coordinación de los aviones de combate rusos gracias a la información que proporciona el radar de largo alcance que llevan incorporados estos aviones.
Según la inteligencia militar ucraniana, a Rusia sólo le quedan seis aviones de este tipo.
Además de los dos aviones-espía, Ucrania ha derribado en 2024 un total de 14 cazas Su-34 y Su-35, desde los que Rusia lanza bombas aéreas guiadas contra posiciones ucranianas. Las bombas guiadas son explosivos convencionales de gran potencia dotados de alas y sistemas de navegación para que puedan seguir una trayectoria previsible hacia su objetivo.
Rusia ha recurrido en los últimos meses a esta táctica para destruir las posiciones desde las que defienden las tropas ucranianas en el frente y allanar así el camino de las tropas terrestres rusas, que están consiguiendo avances en el frente del este.
Las bombas guiadas pueden ser lanzadas desde decenas de kilómetros de distancia del objetivo, lo que permite al avión desde las que se tiran no acercarse demasiado a las defensas aéreas enemigas.
Según expertos contactados por EFE, Ucrania logró en febrero derribar un número inusualmente alto de aviones rusos de combate gracias al despliegue cerca del frente de defensas aéreas de mayor alcance que antes utilizaba para proteger la retaguardia.
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Haber acercado estos sistemas a la zona de combate pone en peligro a los aviones rusos y obliga a Moscú a tomar más precauciones a la hora de lanzar bombas aéreas o desplegar aviones espía.
Además de informar sobre una reducción de la actividad aérea rusa que dará un respiro a las tropas ucranianas en el frente, el jefe de la Fuerza Aérea de Ucrania ha informado de una situación de combate aérea poco habitual en la que las fuerzas ucranianas han atacado a aviones rusos a más de 150 kilómetros de distancia este viernes.
“Estamos estableciendo el resultado de este trabajo de combate”, dijo Oleshchuk, que previó más dificultades para los pilotos rusos “cuando las fuerzas aéreas (ucranianas) reciban de sus socios occidentales más instrumentos” para contrarrestar la superioridad aérea rusa.
Ucrania debe recibir antes de final de año los primeros aviones de combate occidentales F-16, y sigue reclamando sistemas de defensa aérea y munición adicionales para seguir reduciendo el margen de acción de la aviación rusa en el frente sin dejar de proteger ciudades e infraestructuras clave de la retaguardia. (Con información de EFE)
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