Desde el frustrado ingreso de ayuda humanitaria a Venezuela, más de 500 uniformados rompieron con el gobierno de Nicolás Maduro para reconocer a Juan Guaidó como presidente. ¿Realmente esto impacta al régimen chavista?
Más de 500 efectivos militares y policiales de Venezuela desertaron en la última semana, cruzaron a Colombia o Brasil y reconocieron al líder opositor Juan Guaidó como presidente interino. ¿Presagia esta erosión un quiebre inminente del principal sostén del gobierno de Nicolás Maduro? Los especialistas lo ponen en duda.
Empezó como un goteo el pasado sábado, durante el fallido ingreso de ayuda humanitaria, bloqueada por los militares venezolanos en medio de disturbios que dejaron cuatro muertos y decenas de heridos en las fronteras con Colombia y Brasil. Pero ya suman 326 en Colombia y siete en Brasil, según autoridades de ambos países, la gran mayoría de rangos bajos y medios. Algunos salen, incluso con familia, huyendo de la grave crisis económica que afecta a la población civil y también a la tropa.
"El poder militar de Nicolás Maduro está sometido a esta dinámica erosiva que ya ha sufrido su apoyo popular. Las deserciones forman parte de un proceso de desgaste, de socavamiento de las bases", dijo a la agencia AFP el analista Luis Salamanca. Juan Guaidó, quien salió de Venezuela el pasado viernes desafiando una prohibición de salida del país, ofrece amnistía a los uniformados que rompan con Nicolás Maduro, pero el mando militar, al que el mandatario socialista ha dado vasto poder, le declara lealtad.
Buscando quebrar a la cúpula, Estados Unidos, decisivo aliado de Juan Guaidó, ofreció incluso eximir de sanciones a los oficiales que reconozcan al opositor como presidente, tras lo que el ministro de Defensa, Vladimir Padrino, dijo que no se dejarán comprar. "Este un proceso que no se nota muchas veces, una vía que no gusta mucho a la gente porque es lenta, pero que puede tener velocidad mayor en la medida en que los militares y civiles vean que el gobierno se puede desmoronar", agregó Salamanca.
Fiel pero con fisuras
De 32 ministros, nueve son militares y dirigen carteras estratégicas como Defensa, Interior, Agricultura, Alimentación y la petrolera PDVSA, corazón económico del país. La Fuerza Armada, con unos 365 mil efectivos y cerca de 2 millones de milicianos civiles adscritos, tiene banco, televisora, constructora, compañía minera y gasífera, todo un poder que fue aumentando a medida que crecía la impopularidad de Nicolás Maduro, según analistas.
"La deserción de soldados sueltos no va a quebrar el sistema de Nicolás Maduro por sí mismo. Tiene que pasar al nivel más alto, almirantes, capitanes, coroneles, y generales", afirmó a AFP Christopher Sabatini, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de Columbia. Pero Diego Moya-Ocampos, del IHS Markit (Londres) destaca que así como es difícil que rangos bajos o medios puedan conducir con éxito un golpe de Estado o una insurrección, también lo es que el aparato de seguridad defienda áreas estratégicas, si aumentan las deserciones".
Las fisuras, aunque hasta ahora no determinantes, son más evidentes: unos 180 efectivos fueron detenidos igualmente en 2018 acusados de conspirar, según la ONG Control Ciudadano. Además, dos generales figuran entre los apresados por el estallido de dos drones cargados de explosivos cerca de una tarima donde Nicolás Maduro encabezaba un acto militar, el pasado 4 de agosto.
Hambre en los cuarteles
En un país donde pocos escapan a la escasez de comida y medicinas y a la hiperinflación, unos 4.300 efectivos desertaron de la militarizada Guardia Nacional en 2018 y unos 10.000 miembros de la Fuerza Armada pidieron la baja desde 2015, según Control Ciudadano. Para Sebastiana Barraez, experta en temas militares, "lo que está pasando es la demostración más fehaciente del quiebre de los pilares fundamentales de la Fuerza Armada".
"Son militares que ya no pueden resistir las presiones, que son obligados a asistir a actos, que desconocen a sus mandos superiores", manifestó. El 21 de enero, dos días antes de que Juan Guaidó se autoproclamara presidente interino luego de que el Congreso declaró a Nicolás Maduro "usurpador" por considerar su reelección fraudulenta, 27 militares se rebelaron. Algunos se quejaron en videos de la mala situación en la que estaban en los cuarteles.
El sargento Carlos Eduardo Zapata, uno de los que desertó la semana pasada y cruzó a Brasil, resumió así la situación en los cuarteles: "No hay comida. No tienen colchones, nosotros los sargentos de la Guardia Nacional estamos durmiendo en el suelo". "No tenemos para comprarle un kilo de leche a nuestros hijos, los hijos están flacos", agregó.
Rocío San Miguel, presidenta de Control Ciudadano refirió que "hay mucho nerviosismo por la situación. A juicio de San Miguel, "el abandono de efectivos militares a Nicolás Maduro va a continuar, y solo los que están comprometidos en graves violaciones a los DD.HH. están dispuestos a seguir apoyándolo". No obstante, agregó la especialista, eso "no sin tener un Plan B de huida que todos en el alto mando militar lo tienen, pues ninguno se va a inmolar por él".
AFP
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