El trovador cubano se presentó nuevamente en nuestro país como parte de la gira de presentación de su disco "Renacimiento" en el Gran Teatro Nacional. Aquí más detalles.
Uno de los máximos representante de la Nueva Trova Cubana, regresó al Perú para reunir a un atento auditorio en el Gran Teatro Nacional, y hacerlos partícipes de una reunión en la que sus raíces musicales isleñas fueron las principales protagonistas.
Pablo Milanés regresó al Perú como parte del Tour que presenta “Renacimiento”, su álbum número 43 y que fue lanzado hace dos años. En esta producción, el cantante cubano revitaliza géneros populares y hasta olvidados de Cuba como el son cubano, el changüí, el guaguancó, la conga y la guajira, los mismos que conviven en armonía con la música barroca, renacentista y exquisitos toques de Jazz.
A las 8:05 de la noche, y en medio de una atmósfera musical bien sintonizada entre salsa, chachachá, jazz y la música renacentista, el cantautor cubano apareció vestido de negro y ante una ovación del público, que rápidamente tomó asiento para deleitarse con su música, bajo la dirección del maestro Miguel Núñez, y la inconfundible lírica de Pablo Milanés.
“Proposiciones” fue el tema que aperturó la gala, seguidamente “Dulces Recuerdos” rememoró la legalización del Partido Comunista Español en “aquel abril del 77”. “Los males del silencio”, “Cual si fuera morir esta mañana” y “Homenaje al Changüí” fueron los temas que presentaron en sociedad a “Renacimiento”.
La noche se pintó de amor y desamor con “Amor de Otoño” y “El otoño del amor”, para luego dar pase a temas más conocidos por el público con “Si ella me faltara alguna vez”, “De qué callada manera” que musicaliza el poema “Canción” de Nicolás Guillén, “Matinal” y la autodenominada como su favorita “Plegaria” en la que el cajón peruano se lució en la base rítmica.
El momento del público llegó con temas clásicos como “Años”, “El breve espacio” o la coreadísima “Yolanda”, que irrumpió con la tranquila calma del Gran Teatro Nacional con el canto entregado del público. Milanés agradeció cada muestra de reconocimiento con los brazos abiertos, sin perderse de su inamovible silla al centro del escenario.
A una hora y 20 de show, llegó el momento del adiós, pero este fue breve pues Pablo Milanés regresó al escenario con su banda para cerrar la noche de la misma forma que la empezó: revalorando la música cubana. “Para vivir” y “Amo esa isla” reafirmaron su cariño por su Cuba natal y en esta última pudimos presenciar el talento interpretativo de cada uno de sus músicos, que lucía su técnico con breves solos instrumentales.
Rob Reyna (@rob_core)
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