El cantante español cantó y proclamó sus versos, se enojó o estalló a reír, con un público entregado que tarareaba casi todas sus canciones.
El cantante español Raphael cautivó a miles de limeños con un repaso a toda su carrera a los que sumó algunos de los temas más emblemáticos del cancionero latinoamericano, que le sirvieron para abrir su gira americana con el espectáculo "50 años después".
Fiel a su personalísimo estilo, Raphael actuó de sí mismo en el escenario, cantó y proclamó sus versos, se enojó o estalló a reír, con un público entregado que tarareaba casi todas las canciones que ha popularizado durante medio siglo sobre los escenarios.
Ironizó sobre la cantidad de imitadores que tiene, y aseguró entre las risas del público que "jamás le han pagado un dólar ni un sol por derechos de autor".
Acompañado únicamente por un piano, el cantante jienense dio muestras de la potente voz que aún le acompaña a sus 64 años y que encandiló a un público en el que abundaban las personas mayores, y que al menos en sus dos terceras partes eran mujeres.
El concierto se celebró al aire libre, en el Jockey Club, y el popular cantante de Linares consiguió abarrotar todo el espacio previsto con sillas y graderíos.
Los claveles rojos llovieron sobre Raphael durante todo el concierto, y el público aceptó gustoso cantar con él alguno de sus temas más conocidos, como "Estar enamorado" o "Mi gran noche".
El artista eligió ritmos de tango, ahora acompañado por un bandoneón, para interpretar clásicos latinos como "Gracias a la vida", "Caminito" o "Si yo tuviera el corazón", pero la apoteosis llegó cuando se atrevió con dos clásicos valses peruanos: "Cuando mi guitarra llora" y "Chabuca limeña", esta última cantada con un Raphael vestido con poncho.
EFE
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