El Ministerio Público abrió investigación contra Félix Vicente Mautino Reyes por el delito de violación sexual y no por violación sexual a menor de edad.
En agosto del 2008, una joven de 14 años regresaba de la escuela a su casa, ubicada en el distrito de Cascapara, provincia de Yungay, cuando Félix Vicente Mautino Reyes, un hombre de 38 años, la invitó a “caminar” por la chacra. En el trayecto, él expresó su deseo de tener relaciones sexuales con ella, pero la estudiante lo rechazó en varias oportunidades. Mautino hizo caso omiso a sus negativas, empezó a tocar sus partes íntimas y luego abusó sexualmente de ella. Antes de abandonar el lugar, le pidió que no le contara lo sucedido a nadie.
La joven reveló que luego el hombre le compró un celular para poder coordinar con ella otros encuentros, que empezaron a darse en su casa. Al poco tiempo la menor quedó embarazada. Es así que la adolescente denunció a Félix Mautino por violación sexual, y el Ministerio Público abrió una investigación en su contra por este delito y no por el que correspondía: violación sexual a menor de edad, para el que la pena es la cadena perpetua, debido a que la menor acababa de cumplir 14 años.
Mautino negó la violación y aseguró que la denuncia era un acto de venganza de la madre de la adolescente porque él no habría querido prestarle dinero, de acuerdo con su manifestación. “Eso fue ante la policía, porque no volvió a aparecer, pese a que se lo citó. Por eso, se solicitó su captura”, explicó el fiscal Rubén Jamanca Enríquez de la Fiscalía Superior de Áncash al diario El Comercio.
Fueron 10 los años que el hombre se mantuvo en la clandestinidad, e incluso fue registrado como uno de los más buscados en el Programa de Recompensas del Ministerio del Interior, en el que se ofrecía un pago de S/20 mil a quien ayudara a dar con su paradero. En marzo del 2018 fue finalmente capturado en Áncash y encarcelado.
La fiscalía solicitó un examen de ADN para confirmar que era el padre del niño que nació producto de la violación, sin embargo, este se negó y pasó a afirmar que reconocería al hijo como suyo y que las relaciones con la menor de 14 años habían sido consentidas. Una sala penal de Áncash lo absolvió, pero la fiscalía apeló la decisión.
Meses después, la Corte Suprema ratificó la decisión inicial asegurando que la narración de la víctima no era creíble, pues era ilógico que siendo víctima de una violación sexual haya continuado frecuentando al sujeto. Además, los jueces apuntaron que la menor habría entrado en contradicciones en sus declaraciones ante la Fiscalía.
“Nosotros explicamos que era un delito clandestino y que normalmente los agraviados son los únicos testigos. Hay un acuerdo plenario que dice que para evitar la revictimización no se la puede citar a la menor y que su primera declaración es válida”, explicó el fiscal.
Según la Corte Suprema, el Ministerio Público no fue diligente en la recopilación de las pruebas.
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