Esta operación no solo contó con la participación del urólogo Mario Garrido, sino requirió además de cuatro cirujanos, un nefrólogo, un anestesiólogo y un mínimo de seis enfermeras.
El trasplante clandestino de riñón al empresario mexicano Óscar Soberón Cueto no solo habría contado con la participación del urólogo Mario Eduardo Garrido Toribio, ya que para este tipo de intervenciones se requiere necesariamente del apoyo de 11 personas más.
Según Carlos Carvallo, jefe del Programa Nacional de Trasplante de Órganos y Tejidos de Essalud, una operación de tal complejidad requiere no solo de equipamiento adecuado, sino del concurso de profesionales expertos en este tipo de cirugías.
Por tal motivo, para esta operación se necesitó de cuatro cirujanos (tres realizan labores de asistencia), un nefrólogo, un anestesiólogo y un mínimo de seis enfermeras, señala el diario Perú21.
"Es imposible hacerlo sin conocer la técnica. El médico implicado no es el único responsable. Detrás debe haber más personas", expresó Carvallo.
El decano del Colegio Médico del Perú, Julio Castro Gómez, anunció que su despacho evaluará la situación y expulsará a los galenos implicados.
"Todavía no conocemos mucho sobre el caso. Sin embargo, sabemos que se habría realizado en una clínica clandestina. Estamos investigando", manifestó.
"Este caso hay que tomarlo con pinzas, pues podría influir de manera negativa en quienes piensan donar sus órganos tras sufrir una eventual muerte cerebral", agregó Carvallo al diario.
En la víspera, personal de la Dirincri acudió a la clínica San Felipe, donde se encuentra internado de emergencia el mexicano, para recabar información, sin embargo no pudieron dialogar con los directivos y no encontraron a los familiares del paciente.
El establecimiento de salud emitió un comunicado informando que Soberón Cueto ha presentado mejoras progresivas dentro de su grave estado de salud.
Hasta el momento se desconoce en qué clínica se efectuó el trasplante clandestino de riñón al empresario mexicano.
Según Carlos Carvallo, jefe del Programa Nacional de Trasplante de Órganos y Tejidos de Essalud, una operación de tal complejidad requiere no solo de equipamiento adecuado, sino del concurso de profesionales expertos en este tipo de cirugías.
Por tal motivo, para esta operación se necesitó de cuatro cirujanos (tres realizan labores de asistencia), un nefrólogo, un anestesiólogo y un mínimo de seis enfermeras, señala el diario Perú21.
"Es imposible hacerlo sin conocer la técnica. El médico implicado no es el único responsable. Detrás debe haber más personas", expresó Carvallo.
El decano del Colegio Médico del Perú, Julio Castro Gómez, anunció que su despacho evaluará la situación y expulsará a los galenos implicados.
"Todavía no conocemos mucho sobre el caso. Sin embargo, sabemos que se habría realizado en una clínica clandestina. Estamos investigando", manifestó.
"Este caso hay que tomarlo con pinzas, pues podría influir de manera negativa en quienes piensan donar sus órganos tras sufrir una eventual muerte cerebral", agregó Carvallo al diario.
En la víspera, personal de la Dirincri acudió a la clínica San Felipe, donde se encuentra internado de emergencia el mexicano, para recabar información, sin embargo no pudieron dialogar con los directivos y no encontraron a los familiares del paciente.
El establecimiento de salud emitió un comunicado informando que Soberón Cueto ha presentado mejoras progresivas dentro de su grave estado de salud.
Hasta el momento se desconoce en qué clínica se efectuó el trasplante clandestino de riñón al empresario mexicano.
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