La vestimenta morada es un ofrecimiento que se le hace al Cristo Moreno para hacerle una petición y a cambio las personas prometen vestir el hábito por un año.
Como todos los años en el mes de octubre, la procesión del Señor de los Milagros, Cristo de Pachacamilla o Cristo Moreno recorre las calles huancaínas (Junín) donde miles de fieles renuevan su fe y se llenan de esperanza, fervor católico y tradición.
Como parte de las tradiciones durante este mes, comerciantes de turrones se ubican a lo largo de la segunda cuadra de Paseo la Breña y ofrecen estos deliciosos dulces en honor al Señor de los Milagros.
Entre otras costumbres se ve la venta de hábitos y rosarios al costado de la Catedral de Huancayo, hasta donde los fieles llegan para adquirirlos.
La vestimenta morada es un ofrecimiento que se le hace al Cristo Moreno para hacerle una petición y a cambio las personas prometen vestir el hábito por un año o hasta por toda la vida.
Señor de los Milagros en Huancayo
Por el gran milagro que el Cristo de Pachacamilla se dignó en conceder, devolviendo la vida a su hijito Luis, a quien todos los facultativos de la ciudad lo habían desahuciado pues se hallaba con fiebre paratífica desde hace 6 meses, la señora Isabel Abad de Palomino acudió con toda su alma al Señor de los Milagros de la iglesia de las Nazarenas de Lima, ofreciéndole extender a Huancayo el culto que se tributaba allá, fundando una hermandad si alcanzaba el favor pedido.
Luego de ello, el niño mejoró y desde entonces la señora Isabel cumplió con su promesa. Para el efecto acudió al vicario Luis T. Márquez, quien le expresó su apoyo si el obispo de Huánuco entonces, Francisco Rubén Berroa, lo autorizaba.
En setiembre de 1924 el obispo se dirigió a la provincia de Jauja y le comunicaron el propósito, recibiendo su aprobación previa construcción de un altar en uno de los cruceros de la iglesia Catedral, nos Cuenta Carlos Ordoñez del Arzobispado de Huancayo.
Nos dice que obtenido este consentimiento se empezó a hacer la obra mediante colectas, veladas y tómbolas con más de 2 mil 450 soles de la época.
Una vez concluido el altar, al lado derecho de la Catedral, se mandó pintar un óleo a la señorita Celinda Bresani, que hasta ahora se conserva allí, obteniendo el 10 de junio de 1925 la fundación canónica de la Hermandad del Señor de los Milagros en Huancayo.
Desde entonces, la efigie del Señor de los Milagros empezó a recorrer las calles de la ciudad sobre los hombros de distinguidos caballeros de la sociedad de esa época, primero por las calles céntricas, alrededor de la Plaza Constitución hasta el parque Huamanmarca, después llegando a las vías aledañas a los distritos de El Tambo y Chilca.
Posteriormente, en octubre del año 1947 se fundó la Hermandad de Cargadores y Sahumadoras del Señor de los Milagros.
Actualmente, la imagen es obra de un pintor italiano, con aplicaciones de oro y plata, sobre un anda que está repujada en plata pura. Su peso supera la media tonelada y es llevada por más de 60 personas.
A esta imagen muchos fieles le deben milagros como curaciones, ayuda en situaciones difíciles, bendiciones en el hogar y sobre todo paz y amor que se manifiesta en la fe durante todo el año en su santuario de la avenida Huancavelica.
La hermandad supera los 500 miembros, divididos en cuadrillas de cargadores y sahumadoras. Ellos llevan hábitos morados con cordones blancos.
Es tradición en este tiempo los turrones de doña Pepa, al estilo de Lima, preparados por hábiles manos, especialmente en el distrito de Orcotuna, provincia de Concepción, de donde proceden las más cotizadas turroneras.
Asimismo, son propios de estos días el color morado en todo orden, incluso comercial. Antes la gente se vestía de morado o llevaba una corbata morada. Hoy sólo lucen los hábitos los integrantes de la hermandad.
En los hogares como antesala al mes de noviembre son costumbres las mazamorras moradas, así como los panes de trigo que después se convierten en tanta wawas.
Una bonita devoción de amor al Señor expresado en el Cristo Morado que no es sino el instante supremo en que Dios muere en la cruz y a su lado están la Virgen María y una mujer en llanto, mientras desde lo alto, Dios Padre mira la entrega de su hijo por la salvación del mundo, graficado precisamente en un globo, presente allí el Espíritu Santo.
Mes morado, mes de misiones para la Iglesia católica.
Por: Lizzet Paz
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