Moradores de viviendas multifamiliares y de casonas coloniales se encuentran temerosos ante continuos temblores.
El temor de que la ciudad de Trujillo sufra repentinamente un terremoto volvió a desatar el pánico en algunos sectores de la población, tras los sismos que se registraron el último fin de semana.
A pesar que el remesón no dejó daños materiales ni víctimas que lamentar, se pudo comprobar que la psicosis reina entre los moradores de edificios multifamiliares, quienes aseguran sentirse “bloqueados” para evacuar con las construciones balanceándose.
Otro grupo de habitantes que entró en pavor son los pobladores que ocupan algunas de las 200 casonas que se ubican en pleno Centro Histórico de Trujillo, cuyo material de quincha y barro está a punto de desplomarse.
A esto se suma que los balcones coloniales podrían colapsar en cualquier momento y caer sobre cualquier vecino que sale a calle para ponerse a buen recaudo.
Trujillo no soporta un movimiento telúrico de gran magnitud desde 1970, por lo que el silencio sísmico atemoriza a la población.
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