En una carta, el cardenal describió su tiempo en el Arzobispado como años “apasionantes e intensos”.
El cardenal Juan Luis Cipriani se despidió del cargo de arzobispo de Lima en una carta dirigida a los fieles, en la que agradeció a Dios y a la Iglesia y a los papas Juan Pablo II, Benedicto XVI y el Papa Francisco por sus años de servicio pastoral.
En la misiva, se refirió a sus años en el Arzobispado, los que tildó de “apasionantes e intensos”, recordando las procesiones del Señor de los Milagros, a la Marcha por la Vida y a “mis grandes amigos que pueblan los cerros de Manchay”.
También se refirió a los padres de familia, maestros y estudiantes de las escuelas parroquiales “que sostienen la valiosa tarea educativa y promueven con esmero los valores de la familia católica”. Asimismo, recordó la visita del papa Francisco, ocurrida a inicios del año pasado.
Al referirse al Arzobispado, el religioso pidió “a Dios” que “las semillas del amor misericordioso de su Hijo Jesucristo y de su Madre Bendita, la Virgen María, sigan floreciendo”.
Finalmente, Cipriani pidió una oración por su sucesor, Carlos Castillo Mattasoglio, quien tomará posesión del cargo el próximo sábado 2 de marzo en la Basílica Catedral de Lima.
“Estoy seguro que recibirán al nuevo arzobispo de Lima con la misma calidez con que me he sentido acompañado por ustedes durante estos años”, sostuvo.
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