La región Puno sufre otra temporada de heladas pero esta vez, en medio de la pandemia de la COVID-19. Según la Dirección Regional de Salud, los casos de infecciones respiratorias agudas (IRAS) se han disminuido con relación al año pasado.
En el distrito puneño de San Antonio de Esquilache, las cañerías pueden congelarse hasta el punto de romperse, y los riachuelos se vuelven témpanos debido a temperaturas que llegan a los 20 grados bajo cero. Esa es la realidad que se vive en un pueblo peruano ubicado a 4 mil 700 metros sobre el nivel del mar, castigado por las heladas, pero también por el olvido.
La helada es un fenómeno meteorológico que consiste en el descenso de la temperatura a niveles inferiores al punto de congelación del agua y cada mes de junio ese frío extremo parece apoderarse sin compasión de todos los rincones de San Antonio de Esquilache.
Su alcalde, Jorge Cruz Ticona, señala que a pesar de localizarse a solo dos horas de Puno, no fueron totalmente considerados en programas de viviendas rurales ni reciben subvenciones para una población que creció hasta en un 30 por ciento durante la pandemia de la COVID-19, tras el retorno de decenas de familias a sus lugares de origen.
“Con la pandemia tenemos más familias, más niños en riesgo. Se deben dar soluciones sostenibles e integrales porque la focalización de hogares vulnerables no se está realizando como debe ser. Para colmo, tenemos un problema limítrofe entre Puno y Moquegua que no ha sido resuelto por la Presidencia del Consejo de Ministros”, sostuvo la autoridad edil en diálogo con RPP Noticias.
Lo que se sufre
Lo cierto es que Puno tiene decenas de pueblos que afrontan una problemática muy similar. Uno de ellos es Capaso, distrito que se alza a 4 mil 500 metros en la provincia El Collao y el paso frecuente de foráneos que van entre Perú, Bolivia y Chile. Allí subsisten, rodeados de pobreza, unos 2 mil 500 pobladores que no tienen acceso a los servicios de salud, es más, en la etapa más cruda de la pandemia, no cuentan con médicos o enfermeras y se ven obligados a cruzar la frontera para ser atendidos en Bolivia.
"Tenemos que abrigarnos con chalinas, pasamontañas... (El frío) pasa hasta los huesos... Nos hace temblar, sinceramente... Los animales, igualito, sufren", contó a RPP Noticias Bernabé Ordóñez, quien tiene 70 años y toda su vida la ha pasado en ese lugar.
Juan Tuco, alcalde de Capaso, manifestó que la temporada de heladas afecta a las 14 comunidades de su jurisdicción. "Nos sentimos olvidados, tal vez porque somos pocos pobladores. A nadie le importa lo que pasa aquí. Las familias se van al lado, porque en la frontera de Bolivia sí encuentran atención médica”, manifestó.
Bajaron las IRAS
Sin embargo, la del 2020 es una helada diferente debido a la pandemia del nuevo coronavirus. Según la Dirección Regional de Salud de Puno, los casos de Infecciones Respiratorias Agudas (IRAS) y muertes debido al intenso frío bajaron.
La estadística arroja que hasta julio de 2020 se reportaron 15 mil 600 casos de IRAS frente a las 35 mil del mismo periodo del 2019. Y en ese mismo lapso, el año pasado se registraron cuatro fallecimientos frente a dos este año.
El subdirector regional de Salud, Juan Carlos Espinoza, explica el porqué de estas cifras. "De alguna forma, se podría decir que no se están complicando mucho los niños producto de que nos encontramos en un aislamiento, en una pandemia, y los niños no se están exponiendo al medio ambiente", consideró.
Los animales frente a la helada
Además de las bajas temperaturas, las familias de San Antonio de Esquilache y Capaso comparten la crianza de camélidos, típica en el Altiplano. En este caso, se trata de crianza de alpacas para obtener la fibra.
Según cifras del Gobierno Regional las heladas afectan esta actividad económica y acaban, cada año, con 20 mil ejemplares, casi un 2 por ciento de las más de 2 millones de alpacas que convierten a Puno en el mayor productor de fibra del país, pues representa e 53 por ciento de la producción nacional.
Para David Ccassa Cucho, presidente de la Mesa de Trabajo de Alpacas Domésticas de Puno, hace falta un mayor apoyo del Estado. "Estamos muy preocupados por la fiebre que va a dar a las alpacas. Nos hemos comunicado con los hermanos de Capaso, Huacullani, Crucero, Macusani. Ellos piden, fundamentalmente, que se hagan las actividades de prevención y la inmediata intervención del plan multisectorial multianual y también del Senasa (Servicio Nacional de Sanidad Agraria)", dijo.
“Ahora estamos tratando de que el plan multisectorial del gobierno llegue a los productores de alpaca. Nosotros introducimos la fibra de alpaca en dos campañas y necesitamos fortalecer los centros de acopio en 16 distritos”, agregó.
El Programa de Desarrollo Productivo Agrario Rural (Agrorural), adscrito al Ministerio de Agricultura, ya ha empezado a repartir kits veterinarios para proteger a los animales.
Y a esto se suma los efectos de la paralización económica producto de la pandemia. Rogelio Flores, presidente de la Convención Nacional Agraria (Conveagro) de Puno, comentó que los precios se han venido abajo. “El precio de la libra de fibra de alpaca bajó de 25 o 30 soles al precio irrisorio de 8 soles. Estamos en una crisis económica y necesitamos ayuda en esta etapa de emergencia”, dijo.
En general, según cifras de la Dirección Regional de Agricultura, en el año 2019 se contaron, en Puno, casi ocho millones de especies pecuarias entre vacunos, ovinos, alpacas, llamas, porcinos y aves. Todos, animales que también merecen una protección en tiempos de bajas temperaturas.
Declarados en emergencia
San Antonio de Esquilache y Capaso son solo 2 de los 33 distritos de Puno expuestos a muy alto riesgo por la pobreza y las consecuencias de las heladas. Por esto, el director de la Oficina Regional de Gestión de Riesgos, Lipman Escobar, se mostró de acuerdo con la declaratoria del estado de emergencia por 60 días que dispuso el Ejecutivo en 101 distritos de 28 provincias ubicadas en 8 regiones del país, entre ellas Puno, por peligro inminente ante las bajas temperaturas. Esto se materializó a través del decreto supremo N° 120-2020-PCM, publicado el 1 de julio.
“Cada municipio cuenta con el programa presupuestal 068 para implementar sus almacenes con lo necesario para realizar el nivel 1 de entrega de ayuda a las familias damnificadas. En la siguiente fase está el Gobierno Regional”, aclaró Escobar.
Otra vez llegó la helada y solo queda soportarla, aunque con una variante nunca vista: la COVID-19.
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La región Puno sufre otra temporada de heladas, pero esta vez en medio de una pandemia.
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