Nuevo escollo en el camino de la Junta Nacional de Justicia [COLUMNA]

Cuando pensábamos que hoy prestarían límpidamente juramento los siete miembros de la flamante Junta Nacional de Justicia, estalló el caso Marco Tulio Falconí. El abogado y ex-congresista cumplió con los requisitos de la selección y fue calificado en cuarto lugar. Pero su accidentada carrera política y la multiplicidad de sus fallidas candidaturas a otras funciones parecen haber creado en torno a él una estela de reservas y desconfianza. Falconí hizo valer que su calidad de exalumno de un colegio militar le otorgaba una bonificación especial para los concursos públicos, de acuerdo a una normativa vigente durante la última dictadura militar.

Algunos consideran que esa bonificación (que entretanto ha sido derogada) solo corresponde a los licenciados de las Fuerzas Armadas y concluyen que manos ocultas protegen la postulación de Falconí. Otros, afirman que la derogatoria del beneficio no se aplica a los que  lo obtuvieron durante los años setenta. Y argumentan que una situación semejante sucede con los Notarios que actualmente tienen que ser abogados, exigencia que no se aplica a los que ya eran notarios antes del establecimiento de ese requisito. En un clima polarizado y a pocas horas de la juramentación prevista este mediodía, destaca la posición sin maniqueísmo del jurista Luciano López: “No es asunto de blanco y negro. Es un tema técnico legal que es complicado. Incluso pueden pedir un informe más detallado al Ministerio de Defensa”.

La Asociación Civil Transparencia ha solicitado a Falconí que renuncie a juramentar. En cualquier caso, esperemos que los otros miembros de la Junta puedan hacerlo y sobre todo, que entren en acción esta misma semana aprobando un reglamento y eligiendo un presidente: lo que está en juego es la confianza de los ciudadanos y la necesidad de separar a jueces y fiscales carentes de profesionalismo y ética.

Perfeccionar nuestras instituciones es tanto más importante que en menos de tres semanas estamos convocados a votar para elegir a 130 congresistas. La variedad de partidos y la ausencia de candidatos presidenciales ha dificultado que los electores se formen una idea clara de lo que pueden esperar de los que resulten elegidos. El Jurado Nacional de Elecciones ha organizado debates en todas las regiones del Perú, precisamente en torno a tres grandes temas que competen al trabajo de los parlamentarios: la Reforma de la Justicia, la Reforma del sistema electoral y la reducción de brechas sociales. En el caso de Lima, puesto que hay 21 partidos, se les dividirá por sorteo en tres grupos de siete. Los debates tendrán lugar los próximos domingos 12 y 19, así como el jueves 16.

En el plano internacional, el Medio Oriente ha entrado a un nuevo periodo de tensión, después de que un importante general iraní fuese ejecutado por un misil lanzado desde un dron de Estados Unidos. El Guía Supremo de la República Islámica de Irán ha amenazado con una venganza contundente, aunque hay que recordar que el operativo 

contra el general Qarem Soleimani fue a su vez una represalia contra el ataque a la embajada de Estados Unidos en Bagdad. En este grave incidente hay dos factores políticos a tomar en cuenta: 1) El enemigo principal en Irak y Siria sigue siendo el terrorismo sunita. Irán colaboraba, desde sus propios intereses como potencia shiita, contra la derrota del Estado Islámico y sus pretensiones de califato. Es malo todo lo que debilita la acción de las democracias contra el terrorismo. Por eso la ONU y la Unión Europea criticaron que Washington denunciara el acuerdo nuclear negociado por Barack Obama con el régimen de los ayatolas iraníes. Un acuerdo, por imperfecto que sea, es mejor que una guerra con resultados imprevisibles. 2) Las elecciones se acercan en Estados Unidos. No hay nada peor para los electores que tener que votar por o contra un Comandante en Jefe que se representa a una elección.

Las cosas como son