Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura llegó a la región Lambayeque(al norte del Perú), recorrió atractivos turísticos y gastronómicos, pero también el espacio donde más basura se acumula en la región.
Esta semana, unos tuits de Álvaro Vargas Llosa, hijo de Mario Vargas Llosa, dieron cuenta de una inusitada visita del Nobel de Literatura a Lambayeque. Entre los destinos que visitó estuvieron las playas de Pimentel y Puerto Eten, sitios turísticos agradables a la vista que contrastan con las pampas del distrito de Reque, lugar al cual también fue, llamando la atención de propios y extraños. ¿El motivo? Desde hace más de medio siglo, este territorio de 307 hectáreas de extensión es utilizado como un botadero informal en Chiclayo.
Según lo publicado por Álvaro Vargas Llosa, el Nobel de Literatura llegó hasta este recóndito lugar ubicado a la altura del kilómetro 507 de la Panamericana Norte para recoger evidencias que sirvan de insumos para un documental.
Mario Vargas Llosa en Botadero de Reque: Vertedero de desechos fue cerrado por contaminación
Al respecto, reporteros de RPP Noticias se constituyeron hasta este lugar, que en agosto de este año fue clausurado por la Municipalidad de Chiclayo, tras la exhortación de la OEFA, debido a la contaminación ambiental que se produce por la acumulación de basura. Según este organismo, aproximadamente el 70 % de la basura arrojada a lo largo de medio siglo ha sido incinerada, perjudicando a la salud de la población recana.
En diálogo con RPP, el alcalde de Reque, Julio Huertas Ciurlizza, exigió a la Municipalidad de Chiclayo, la cual tiene la competencia sobre este terreno, inicie un proyecto de remediación de las más de 307 hectáreas de sus pampas que han sido degradadas a lo largo de este tiempo, las cuales, según OEFA, diariamente recibía un promedio de 300 toneladas de basura
Si bien el Ministerio del Ambiente inauguró el año pasado unas celdas transitorias a donde temporalmente va a parar la basura producida en Chiclayo, estas solo tienen una duración de tres años, tiempo después del cual se debe inaugurar el relleno sanitario, a donde finalmente se dé la disposición de los residuos sólidos. Sin embargo, según Huertas Huertas Ciurlizza, no existe ningún proyecto al respecto, así como tampoco existe un proyecto para remediar las hectáreas que han sido degradadas.
No obstante, este botadero es el hogar de trabajo también de un promedio de 300 personas. Francisco Sánchez, secretario del sindicato de recicladores, manifestó que muchos de ellos tienen 30 años laborando en este lugar, por lo que exigió a la Municipalidad de Chiclayo que construya una planta de recicladores, a fin de que no se queden sin trabajo a causa del cierre de este botadero.
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