Luego de haber cumplido sus condenas en el penal de Picsi, quinientas personas luchan por reintegrarse a la sociedad lambayecana.
Apenas el 15% de las 500 personas que abandonaron el Penal de Picsi al culminar sus condenas, han logrado formalizar una pequeña empresa con la cual se ganan la vida a diario y pueden ayudar a sustentar la economía de sus hogares.
Según el registro del Área de Rehabilitación del INPE a cargo de Look Vergara, el resto de los exinternos, trabajan de manera informal, debido al alto grado de estigmatización que existe para los exreos, que no logran conseguir un trabajo a pesar de tener un oficio aprendido en el interior del penal.
Remarcó que los expresidiarios formalizados realizan labores en áreas económicas como artesanía, carpintería, metal mecánica que aprendieron en el penal como parte de la política de readaptación social que tiene el INPE en todos los penales del país.
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