Como todos los años, este bello paraje recibirá a miles de danzantes de diversas latitudes del Perú y fuera de sus fronteras para engalanar una edición más del Festival Nacional e Internacional de Tinajani.
El bosque pétreo de Tinajani y su anfiteatro natural todos los años son escenario de una de las manifestaciones dancísticas más importantes del país.
Declarada desde el 2013 como la “Capital Ganadera del Perú”, la provincia de Melgar, en la región Puno, es reconocida por la calidad genética de su ganado, y su gastronomía ofrece uno de los espectáculos folklóricos más trascendentales del Perú.
Siguiendo el circuito cordillerano desde Pucará, provincia de Lampa, se llega a otro de figuras pétreas antropomorfas denominado Tinajani, rocas multiformes que dan la impresión de haber sido esculpidas por la sabia naturaleza.
El significado de Tinajani es resultado de la palabra "Tinaja" que significa vasija y el vocablo plural quechua “ni”; por lo que vendría a ser un recinto de cántaros líticos por los que discurre el agua que hace cientos de años cubrió toda esta área.
Ubicado sobre los 3 953 metros sobre el nivel del mar y a tan solo 15 kilómetros de la ciudad de Ayaviri, está su majestuoso cañón con antiguas formaciones de sedimentos rojizos que datan de millones de años. Lo acompañan riachuelos, peñascos, laderas y arcosas.
Observado sus características, se pueden entender que Tinajani es producto de los cambios geomorfológicos que sufrió el planeta como la desaparición del lago Ballivián, donde hace un millón de años habría existido grandes glaciares con presencia de actividad volcánica.
Este imponente paraje también presenta chullpas precolombinas, bosque de puyas y un anfiteatro que cada año es escenario de un singular concurso de danzas, atributos por los que en mayo del 2003 fue declarado como Patrimonio Cultural de la Nación.
Durante el mes de agosto se puede observar a los “yatiris” chamanes o sacerdotes andinos que se reúnen al pie de estas enormes formaciones geológicas; escenario propicio en este periodo del año para realizar las “mesadas” o pagos a la Pachamama por llenarse de una energía especial.
Los sectores Pacobamba, Huarachani, Queñuacuyo que son parte de su jurisdicción, además transmiten un clima de sosiego al conectarse con la naturaleza y su fauna que fortuitamente embelesa la vista con el paso de vicuñas y venados.
Festival
Como todos los años, este bello paraje recibirá a miles de danzantes de diversas latitudes del Perú y fuera de sus fronteras para engalanar una edición más del Festival Nacional e Internacional de Tinajani, certamen que cada vez cobra más relevancia por su vistosidad y manifestación de identidad.
Este singular festival es precedido por el concurso de chasquis, quienes ataviados de la tradicional indumentaria, realizan un recorrido de aproximadamente 15 kilómetros por un camino carrozable hacia la ciudad de Ayaviri.
Para el 2014, el XXI Concurso de Danzas Autóctonas y XVI Festival Nacional e Internacional Tinajani se realiza el sábado 5 y domingo 6 de julio respectivamente, y contará con la participación de más tres mil danzantes nacionales y extranjeros.
El evento se desarrolla en dos series. En la categoría A participarán 31 agrupaciones de danzas autóctonas ganadoras en diferentes festivales, representantes de organizaciones, clubes, asociaciones, barrios y comunidades de la región Puno.
En tanto que en la categoría B concursan 35 conjuntos danzas autóctonas procedentes de universidades, institutos superiores, instituciones educativas, instituciones folklóricas, nacionales e internacionales. Lima y Bolivia han ganado gran reconocimiento en este certamen.
La gastronomía es otro de los motivos para visitar esta pedacito tesoro altiplánico, donde el afamado Kankacho (asado de cordero acompañado de papa, camote y ocas) plato típico, promete satisfacer hasta el más exigente de los paladares.
Creencias
Anejos pobladores han bautizado a este inhóspito refugio pétreo como el “Baño del diablo”, porque según las leyendas de sus ancestros, en época de lluvia, estos búcaros servían como su yacusi. Creen que está presente cuando el agua surcando los arrecifes produce un extraño eco.
Además, cuentan que cuando la región atravesaba por una dramática sequía, creían que ésta era obra del demonio que se posesionaba en este territorio colla, por lo que el inca Pachacutec envió su ejército para traer las tinajas y que las aguas purifiquen este sector del mal.
El presagio y recomendación de los videntes habría sido certero, pues en efecto, en la época de lluvia creen escuchar sus lamentos.
Por: Zenaida Zea
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