El minero fue hallado muerto cuatro días después del enfrentamiento en Atico, Caravelí. Arequipa y según su familia, con signos de tortura. Además, deja una niña de tres años en la orfandad. "Ni siquiera nos ayudan a buscar los cuerpos", contó su hermana Martha.
Uno de los 14 muertos que dejó el enfrentamiento en la concesión Intigold Mining, a una hora de Atico, provincia arequipeña de Caravelí, es el minero ancashino Abel Solórzano, natural del distrito de Chavín de Huantar, provincia de Huari, y padre de una niña de tres años.
Su hermana Martha Solórzano contó a RPP Noticias que el joven minero llegó a hace un año a trabajar a Atico con la intención de ganar dinero y así darle un mejor nivel de vida a su familia y que les dijo que trabajaría como agente de seguridad en una mina formal.
“Hace un año estaba trabajando aquí. No sabemos quién le contactó o con quién vino. Nunca nos dijo. (Solo nos comentó) Simplemente que estaba trabajando en una minera y nos dijo que era formal. No sabía que trabajaba en una informal. Simplemente nos dijo que es resguardo, nada más”, relató.
Abel Solórzano siempre se comunicaba con su esposa y hermanos, les comunicaba que estaba bien y les avisaba qué día estaría de bajada, para visitarlos.
“Siempre que bajaba estaba con su familia, siempre estaba cuando tenía su bajada de 10 días. Él es padre de una niña de 3 años que ahora queda en la orfandad, su esposa es la señora Rosita Villanueva”, contó su hermana.
Atico: "Ni siquiera nos ayudan a buscar los cuerpos"
Martha Solórzano indicó que les llama la atención la forma en que se enteraron de que su hermano había fallecido en Atico, ya que les llamaron por teléfono para decirles: “tu hermano está muerto". A su cuñada también la llamaron y le dijeron "tu esposo está muerto".
Esa llamada fue desde el celular de Abel, por eso. de inmediato partieron desde Áncash, para saber si estaba con vida.
“Mi otro hermano llegó primero y cuando fue a poner la denuncia de la desaparición, nunca la recibieron en la comisaría. Los policías le decían que 'mañana', que 'pasado mañana' y nada. Ni siquiera nos ayudaron a buscar los cuerpos”, comentó.
Ante la falta de apoyo, el lunes, Martha junto a sus familiares y los de otros mineros decidieron ir a los cerros a buscarlos.
“El personal de la mina nos dijo que, si queríamos, vayamos por nuestra cuenta. Hemos ido todos a buscar con una bandera blanca, para que no nos disparen. Los hemos encontrado, estaban cerca. Ellos sabían dónde estaban”, dijo.
La familia del minero Abel Solórzano asegura que tienen signos de tortura.
“Después de torturarlo y asesinarlo, lo botaron por un abismo de 50 metros y. encima, a mi hermano y a todos sus compañeros los quisieron quemar y desaparecerlos. Su cuerpo presenta signos de violencia, está torturado, sus manos quemads. Toda su cara ya no se nota”, indicó.
Ahora los familiares y amigos piden justicia y en el caso de la familia Solórzano también esperan que termine la necropsia para llevar el cuerpo de Abel a su natal Chavín de Huantar (Áncash) para velar su cuerpo y sepultarlo.
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