Guisela Fernández, quien camina 40 minutos para llevar alimentos y agua a los animales que rescató junto a su fallecido padre, refiere que los comuneros quieren desalojarlos porque los perros "hacen mucha bulla".
Guisela Fernández es una joven cusqueña que pide ayuda para 22 cachorros que rescató de las calles de Cusco y a los que cría en un refugio al que llamó Killa Wasi. Ella vive temerosa ante el ultimátum del dueño del predio que alquiló en el distrito de San Sebastián, quien le pidió desalojar el lugar en plena cuarentena.
La crianza se hace complicada desde el inicio del aislamiento social obligatorio, Guisela debe realizar caminatas diarias de hasta 50 minutos cuesta arriba con el fin de comprar alimento y agua para los cachorros que rescató de viviendas donde solo les esperaba la muerte.
Killa Wasi es un proyecto que inició el padre de Guisela. Hace unos meses encontraron el ambiente perfecto en el sector de Alto Qosqo, por desgracia, semanas después de lograr el primer objetivo, su padre murió.
Pese a la tristeza y el dolor, la joven pretende concretar el sueño de su papá; para ello pidió apoyo de la gente que pueda alcanzar alimentos o un veterinario que pueda verificar el estado de salud de los cachorros, puesto que Guisela se ha quedado sin dinero.
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