Con ayuda de sus compañeras de celda, Florencia convirtió el penal del Cusco en el lugar ideal para celebrar su matrimonio. Gracias a las clases de costura, pudo confeccionar su propio vestido de novias.
Florencia Lazarte y Ciprian Centeno están juntos desde hace muchos años. Era lógico pensar que luego de tener una familia decidieran dar el siguiente paso y contraer matrimonio. Lo único que podría haber dificultado ese sueño era el hecho que la novia se encuentra recluida en el penal de mujeres de Cusco.
Gracias a la ayuda de sus compañeras de celda, Florencia logró convertir la cárcel en un salón de eventos, informó RPP Noticias. Ya que en la cárcel se ha dedicado a la costura, el vestido de novia fue diseñado por ella misma.
La boda empezó tarde. Muchos pensaron que el novio había cambiado de parecer y no iba a asistir al penal, pero la demora se debió a que tuvo que alistar a las niñas. Mientras Florencia cumple una condena por tráfico ilícito de drogas, Centeno se encarga de cuidar de sus dos hijas. En tres años ellos podrán vivir juntos nuevamente.
El padrino y quien oficializó la ceremonia fue el arzobispo de Cusco, el monseñor Richard Alarcón. Él aceptó el pedido de la novia quien desde que ingresó al penal participa en las actividades pastorales.
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