Menor fue fotografiado en medio de una desolada calle de la ciudad de Guadalupe, a dos horas de Trujillo, previo a una jornada más de oración de sus vecinos que piden a Dios por el cese de la pandemia.
La calle vacía y en silencio, casi a oscuras y en pleno toque de queda, es el escenario que escoge el pequeño Alen Castañeda Zelada, de solo 6 años, para orar durante las noches y pedir a Dios que acabe con la pandemia del nuevo coronavirus porque solo así podrá volver a abrazar a sus abuelos.
La imagen del pequeño, de rodillas, con ojos cerrados y las manos juntas, es lo que captó su vecina de la calle Junín, la joven fotógrafa Claudia Alejandra Mora Abanto, y que se ha convertido en un símbolo de esperanza y fe en Guadalupe, provincia de Pacasmayo, región La Libertad. Y por qué no, en el norte, donde la imagen se ha viralizado.
En estos días de cuarentena, la fe se afianza en grandes y pequeños. Alen es una muestra de ello y el amor por sus abuelos maternos, a quienes no ve desde que inició el confinamiento, lo hace hincarse, pedir una cura, el perdón de la humanidad.
"(Rezo) para que (Dios) cuide a los que están con esta enfermedad. Estoy pidiendo que nadie salga, muchas personas grandes están muriendo con esta enfermedad", contó el pequeño Alen, quien quizá aún no sepa el alcance de su fe.
Abraham Castañeda Malca, padre del niño, contó en RPP Noticias que su hijo abandonó por unos minutos su casa para rezar en la calle debido al ruido que había en ella.
"Somos una familia católica y me sorprendió bastante porque, imagínese, con tantas cosas que están sucediendo en este mundo: lo de la pandemia y ver tantas personas que mueren. Ha sido una sorpresa, realmente. Mi hijo es un niñito de seis años y no pensaba que iba a reaccionar así de esta manera, ha sido sorpresivo para todos nosotros", señaló.
Su vecina Claudia, luego de captar la imagen y pedir permiso a sus padres, publicó la fotografía en Facebook y se viralizó rápidamente.
La joven no imaginó ver al pequeño Alen de rodillas y pidiendo a Dios por los enfermos. La escena la conmovió y ahora se comparte en las redes como un acto de fe en medio de la pandemia.
"Yo quedé con una sonrisa en el rostro, con la fe y esperanza a mil pero, sobre todo, encantada de ser testigo del amor y confianza de ese niño en Dios. Qué bello que se les inculque aquello, aún en tiempos difíciles", escribió la joven Claudia, autora de la fotografía.
Alen pasa sus días junto a sus padres en su vivienda de la Calle Junín. En su barrio, los vecinos se organizan para hacer una cadena de oración todas las noches, a las 8.00 p.m., y pedir a Dios por el cese de esta pandemia.
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