Monumento luce oxidado tras 10 años de permanecer abandonado frente al mar de Buenos Aires, en Víctor Larco. Vecinos piden su mantenimiento y reubicación.
Diez años son los que ha pasado la monumental sirena blanca frente al mar de Buenos Aires, en Víctor Larco. Exiliada de la mirada de taxistas, exclamaciones de transeúntes y rechazo de algunos moradores, el tiempo ha hecho lo suyo.
Su rostro antes pálido, ahora luce oxidado, lo mismo que sus brazos y parte de la cola. Una década que ha marcado en la escultura de seis metros de alto y en los vecinos que día a día la ven envejecer entre las rocas.
Humberto Morillas, morador del lugar, lamenta el actual estado en el que se encuentra la sirena y pide su mantenimiento además de una mejor ubicación. "No debe estar abandonada por el costo que demandó su construcción y traslado, no debe estar descuidada de la manera en que está", asegura.
La construcción de la sirena demandó la inversión de 224 mil soles y su traslado, 17 mil soles.
La escultura fue colocada en el 2000, durante la gestión del alcalde Juan José Córdova Zavala, en el cruce de las avenidas Larco y Fátima. En el 2007, un grupo de moradores pidió su retiro; solicitud que fue atendida en el 2009 por el alcalde Carlos Vásquez Llamo quien la abandonó frente al mar.
"Dicen que distraía taxistas pero es mentira. Solo la sacaron por la queja de un grupo de personas de la tercera edad", recuerda el vecino.
Para una bonarense de antaño, la sirena no constituía un insulto para la mujer. Incluso, viendo su actual estado, pide que le brinden mantenimiento y así acabar con la corrosión de su rostro y el brazo que todavía mantiene en alto.
Otro vecino, Luis Torres haber invertido dinero en la construcción de esta sirena fue dinero lanzado al agua. Aun así, lamenta que haya sido abandonada y se une al pedido de darle mantenimiento para mejorar el aspecto y recordar a las autoridades que colosos así, no deberían volver a construirse, pero menos, abandonarse.
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