Pobladores aplicaron sus reglas y, provistos de látigos, azotaron en público a tres personas, entre ellas una mujer, en la sierra liberteña.
Sin piedad y rodeados de una multitud de lugareños, ronderos castigaron a sus propios dirigentes acusados de presuntos malos manejos en el barrio Ramón Castilla en la ciudad andina de Otuzco (región La Libertad).
Provistos de látigos llamados "binzas" en la sierra liberteña, los azotadores aplicaron sus reglas y flagelaron al presidente regional de la Central Única de Rondas Campesinas de la Libertad Martín Otiniano Otiniano, al secretario de la organización, Wagner Rodríguez Juarez, y a una rondera. Cada uno recibió cinco azotes.
Mientras las tres personas eran sancionadas en público, y por tanto destituidas de los cargos que ostentaban en la organización ronderil, se escuchaba a través de un alto parlante los audios que revelarían los "actos presuntamente comprometedores y deshonrosos para la rondas campesinas".
Este castigo fue una decisión tomada por la asamblea de ronderos campesinos de La Libertad, que llegaron desde distintas bases al barrio Ramón Castilla.
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